Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Frivolités y otras cosas de meter

24/03/2021

Desde aquel momentazo televisivo, ‘que te meto con el mechero Sole’ de aquel gitanillo, o aquella socorrista que ‘la lió parda’ creando una nube tóxica, no hay día que no tengamos un esperpento nuevo en la televisión.
Tanto pan y circo nos está perjudicando gravemente, como sociedad. No están dando la talla. Ni los de primera línea, ni los de las diferentes jerarquías.
Tienen manga ancha para hacer y deshacer a su antojo, y bien que lo están cumpliendo. No es que no haya nadie enfrente para frenar los desmanes, es que están maniatados frente a los manirrotos.
Muchos han dado el cante por su poca valía. Tienes una idea válida, buena y basada en soluciones reales y realizables, pues no les sirve. Sólo saben menospreciar con insidias y frivolités mediáticas. Argumentaciones, no hacen falta, puro sectarismo y vergonzosa demostración de que prefieren la imposición autocrática del líder supremo y el rodillo, dichoso rodillo.
Al que rechista, discrepa, le aplican la furia de las redes sociales subvencionadas, llenas de paniaguados por pesebres clientelares. Si entras en esa ruda confrontación digital, sabes que te metes en un jardín del que no saldrás bien parado, porque ellos atacan y valen para ser palmeros, agachan la cerviz y demuestran lo que son, pero la mayor parte del mundo estamos hasta el pijo de esto. La estrategia del ‘no hacer ná’ vale para llenar el bolsillo de euros vilipendiando al que lo sabe hacer y no le dejan.
Los que votan ahora en las Cortes regionales, son los que impiden trabajar al que quiere y no le queda más remedio que echar el cierre. Y la parálisis de los que no deciden, para evitar problemas, son tan cómplices como los que actúan sin pensar en los demás. Sigamos perdiendo el tiempo y dejando que Sánchez no ayude a quien lo necesita, se puede pero no se quiere corregir, por el qué dirán y la poltrona que disfrutan desde que tenían dientes de leche.
Finalmente, lo arreglarán con unas etiquetas, un eslogan y mucho de argumentos huecos. Soluciones, ninguna, tiempo perdido, todo. La incapacidad no es un mal insustancial, hemos dejado que se ponga frente al foco como una frivolité espectacular por acallar favores previos consentidos, y nos hemos callado.