Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Responsabilidad individual por lo que votemos: una tendencia que llegará

14/09/2021

La responsabilidad de un suceso rara vez se queda centrada en una persona. Un político puede llegar a ser el ‘máximo responsable’, pero esa realidad no desdibuja que, en democracia, cada uno asume un porcentaje de lo que se haga gracias a nosotros o en nuestro nombre. Por ejemplo, yo ahora creo que tengo algo así como 1/5.047.040 de culpas, de lo bueno o lo malo que estén haciendo mis representantes en el Congreso, a los que mandaté en las últimas elecciones generales; y seguramente otro porcentaje de responsabilidad, indeterminable pero mayor, en razón de la cercanía y padecimiento de cargos que asumo a día de hoy. Los ciudadanos repetimos de manera machacona que los políticos hacen y deshacen sin contar con nosotros salvo para el voto, y cuando toca urna, un porcentaje enorme de la población reflexiona solo con sus vísceras.
La participación es votar con consciencia, para así poder mantener un estatus de ciudadano activo. Participar como ciudadanos es asumir que los comportamientos que pueda traer tu voto, también son cosa tuya, y cargar con las consecuencias.
Tras el voto, hay que seguir participando a diario: opinando, escribiendo en las redes (a veces un simple ‘me gusta’ en ellas, dice mucho), saliendo a la calle cuando sea necesario, estando activo en asociaciones, reuniones, o llegado el caso en protestas. Es un hecho que los partidos podrán abrirse más a la sociedad, e incluso internamente ganar en reflexión y debate, pero es una realidad contrastada que la desafección de la política y de los asuntos públicos era ya una constante antes que salieran a la luz los casos de corrupción y llegaran las sucesivas crisis económicas.
Somos mayorcitos ya como para luego decir: «es que no sabíamos lo que pasaría». No me extraña que muchos políticos pasen de la gente cuando, lo que ven en ella, son clientes de impulsos y no ciudadanos formados. La tendencia que ya llega en nuestro entorno democrático es la de participar día a día, y en eso puede que nos pongamos en la vanguardia por lo protestones que somos. Ahora bien, nos queda avanzar en el otro campo: el de responsabilizarnos el día de la votación para evaluar con justicia a quién lo dirigimos, ya que va en ello cómo viviremos, pero también condicionará cómo vivirán nuestros vecinos.