Francisco Javier Díaz Revorio

El Miradero

Francisco Javier Díaz Revorio


Amenábar y Unamuno

04/10/2019

‘Tesis’ me pareció un magnífico ensayo cinematográfico sobre el ‘éxito’ de la violencia audiovisual; ‘Abre los ojos’ una verdadera obra maestra; ‘Los otros’ un gran largometraje, que comparé con el mejor Hitchcock; ‘Mar adentro’ es una buena muestra de cómo se pueden narrar unos hechos tomando partido activo por un personaje o por una posición, y sin dejar de hacer una muy buena película de autor. Sin embargo, con ‘Ágora’ empecé a perder el interés en este director, porque me pareció que, si se trata de reflejar hechos históricos o reales, ahí se pasaba ya de la legítima toma de postura, al sectarismo más sesgado, con desprecio notorio al más elemental rigor histórico. Con estos antecedentes, ‘Mientras dure la guerra’ despertaba todavía en mí el indudable interés del personaje de Unamuno, pero he de reconocer que lo he perdido al ver el tipo de promoción que director y actor protagonista han querido hacer de la película.
Porque si Amenábar es un director al que he admirado, Unamuno es, directamente, uno de mis escritores favoritos del siglo XX. Empecé a leer sus novelas con menos de 12 años (’Niebla’ fue la primera), y creo haber leído la mayoría de sus obras. Sé que comparación es absurda, pero no puedo dejar de pensar, como mero ejemplo, en el profundo respeto que el novelista vasco mostró siempre por las creencias religiosas que, sin embargo, nunca compartió, a pesar de su profunda inquietud intelectual en la materia, que para él era acuciante. Por el contrario, Amenábar se ha limitado, en su filmografía, a retratar de forma ridiculizada y despectiva aquello que no comparte, y probablemente no entiende. Sin embargo, no me quería centrar en eso, sino en la cuestión política. Unamuno sufrió en sus propias carnes la intolerancia y el fanatismo, pero en realidad nunca fue sectario ni extremista, y se situó mucho más cerca de esa ‘tercera España’. Frente a ello, está ese intento sesgado de promoción que han hecho Amenábar y Karra Elejalde, que en mi caso ha conseguido el objetivo contrario al pretendido, aunque me ha llevado a imaginar lo que pensaría hoy Miguel de Unamuno. Y creo que sería crítico con esta sociedad y con el poder político, porque siempre lo fue. Pero jamás suscribiría la idea de que no nos hemos movido ‘ni un milímetro’ desde 1936, como afirmó sin mayor fundamento Elejalde; ni, por supuesto, afirmaría jamás que vivimos en la España que quería Franco, como se ha permitido señalar el que fuera gran promesa de nuestra dirección cinematográfica. Sé que Unamuno, en cambio, no dudaría un instante a la hora señalar las diferencias mayúsculas que existen entre el régimen franquista y la etapa de democracia y progreso inaugurada tras nuestro texto constitucional de 1978.