Pedro Calvo Hernando

APUNTES

Pedro Calvo Hernando

Escritor y periodista


Por los próximos años

10/03/2020

El impacto de este último Día Internacional de la Mujer se aproxima a sus antecedentes, incluso al de 2019. Se trata de una evolución altamente significativa y que promete no dejar nunca de crecer en lo sucesivo, aunque de momento la situación creada por el coronavirus abra una etapa de incertidumbre y gran preocupación. Estamos ante una realidad de una significación extraordinaria, de la que seguramente no poseemos aun plena consciencia. Ocurre que estos procesos se aceleran y se convierten en algo prácticamente inabarcable, prueba de su trascendencia en el devenir de las transformaciones sociales y políticas de la sociedad española y mundial. Es muy probable que en el inmediato futuro de los próximos años la evolución se acelere hasta límites incalculables.

Estamos ante uno de los grandes elementos de trasformación política y social que marcan el signo de los tiempos que vivimos y que vamos a vivir afortunadamente ya sin retorno. Estamos ante uno de los principales motivos de optimismo histórico y que marcan lo enormemente positivo de la evolución de los cambios a que vamos a seguir asistiendo en años sucesivos. Pero en esta ocasión las celebraciones tienen un significado especial, por producirse justamente cuando el nuevo Gobierno progresista va tomando impulso, no sin dificultades, como no podría ser de otra manera. Y todo ello, a pesar de los obstáculos que llegan desde los sectores de pensamiento más retrógrados.

Pero el tema es de tal trascendencia que no admite un tratamiento ligero o superficial, al tratarse de una de las grandes transformaciones de la sociedad española y mundial, una transformación que sin duda va a protagonizar una buena parte del cambio histórico del siglo XXI. Y no quisiera caer en palabrerías ligeras o vacías, dada la singular significación histórica de los hechos objeto de este comentario. En este punto, creo muy oportuna una seria llamada a todos los sectores de pensamiento para que todos sean conscientes de su responsabilidad compartida en la evolución trascendente de estos hitos históricos, algo que habría que situar por encima de pequeñeces que poco o nada significan.

Todos deberíamos ser conscientes de lo que nos estamos jugando y actuar con la grandeza suficiente para acometer la gran empresa del futuro con inteligencia y con generosidad, pues nos lo estamos jugando todo. Otra vez una llamada a la derecha o a los conservadores para que no pierdan el sentido de su responsabilidad compartida, sin lo cual los avances serían mucho más problemáticos. Al menos por una vez habría que extremar la generosidad y el sentido de la grandeza histórica, que hay que situar por encima de las pequeñeces, única forma de ganar el futuro y de encontrar para España y para el mundo la medida de la trascendencia.

Comprendo que tal vez todo esto sea mucho pedir, pero apelo a los mejores sentimientos del ser humano, como se debe hacer cuando nos lo jugamos todo, como es este caso. Es uno los momentos en los que lo obligado es situarse por encima de lo pequeño y pasajero para mirar el horizonte con la grandeza necesaria y sin lo que jamás avanzaríamos nada. Coloquémonos por una vez en un horizonte de grandeza, teniendo en cuenta que eso es necesario algunas veces en esta vida. Y si me estoy pasando en teoricismos o bonhomías, mis disculpas más sinceras. Todo sea por el futuro y para que sirvan de algo los esfuerzos de todos. Algún día nos percataremos de que así no habremos perdido ni el tiempo ni el sentido. Y en la confianza de que la crisis del coronavirus no será muy duradera.