Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Reparto universal

15/02/2020

Y  en el campo: guerra.
Pero esto no ha hecho más que empezar. El campo en llamas, la patronal desdiciendo las mentiras de la ministra, y la Seguridad Social tiritando por su situación inane.
Si el campo español se abandona como se está haciendo ahora mismo, el campo merece dar guerra. Lo merece, y todos debemos apoyar sus reivindicaciones. El campo no es rentable porque no interesa que lo sea desde hace muchos años. Si la PAC se negocia a la baja como se está viendo venir, el campo no dará suficiente para poder sostener a las familias de nuestro medio rural. Y luego llegarán diciendo que el campo se tiene que convertir en un parque temático turístico, pues no señores, el turismo necesita que el campo funcione, sobreviva, sea rentable, para poder atraer a visitantes a las zonas rurales.
No cuidan, ni defienden a nuestros olivicultores en las instituciones. Nuestro aceite de oliva es referencia y estamos dando alas a que la competencia internacional crezca, con bajos controles de calidad, con mala gestión de productos químicos que aquí no están permitidos. Y en cambio, los intermediarios se están hinchando con pingües beneficios con productos de muy mala calidad.
Cuando lleguen las elecciones recuerden los agricultores y los que compramos sus productos quiénes son los que están con el campo y los que lo trabajan, y quienes son los que los abandonan y desconvocan a sus representantes del campo.
La ley del reparto universal se ha puesto en marcha. Desde las elecciones generales fallidas, estamos en un estado de luna de miel constante entre fotografías y derroches.
Ni la crisis en ciernes, ya sobre nuestros bolsillos, ni la guerra comercial por el Brexit, ni las ganas de Trump de hundir un poco más a Europa, nos dan un ápice de temor. El ventilador del reparto universal marcha viento en popa. Pedid y se os dará.
Se disminuye la previsión de crecimiento, se aumenta la presión fiscal a las clases medias y altas, y a repartir se ha dicho. Lo de pagar las facturas pendientes a las comunidades autónomas, no es momento de hablar de ello. Nuestros intereses geopolíticos son zarandeados por un ministro y su chófer para volcarnos con los maduranianos de Venezuela, no es comentable, es simplemente vergonzante.