Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Los diputados y sus fugaces mayorías: por encima de la ley

19/07/2022

El problema que no termina de resolverse en nuestras democracias actuales es el de la irritante, profunda y persistente desinformación de los ciudadanos/as sobre sus derechos. Así nos va. Primero porque los grandes intereses nos pisotean, y segundo, porque los políticos salvapatrias y chulos nos enseñan su particular visión de entender la convivencia.
Con la llegada de Podemos en 2014, se viene desinformando por sistema a la población sobre que lo único importante es que las decisiones las tome la mayoría, y que eso puede pasar por encima de todo, derechos y ley democrática incluidos. Los manejos de Pedro Sánchez con el Poder Judicial y la Memoria Democrática consolidan esa tendencia.
Como la extrema izquierda se coscó enseguida que era una minoría, retorció aún más esta premisa de que votos deciden sin reglas, insinuando que lo importante era la toma de decisiones de calidad, que era la voluntad de la gente auténtica, es decir, la suya. Por fortuna, ni siquiera cuajan estas reflexiones de tinte leninista entre sus propias bases.
El caso de malinterpretación democrática más grave en estos años, sin embargo, ha sido el de asumir y fomentar estos postulados por parte de los independentistas. Es exactamente igual lo que han hecho: dijeron que si la mayoría quería independencia en Cataluña se la darían. Primera mentira pues el voto no consigue pasar por encima de la ley democrática. Después al ver que no consiguen una mayoría real de votos, acuden a ignorar como personas a quienes no les apoyan, atribuyendo, en la práctica, solo la calidad de humanos con capacidad de decidir a los suyos.
La última mentira institucional, jurídica y moral es vender a los confundidos y noqueados seguidores otra trola irracional: si a un sujeto lo vota la gente y está en la cárcel, hay que sacarlo de allí, para no afectar la democracia ni los derechos de los votantes. No. Dejen ya amargarnos la existencia con su felonías, afrentas y estupideces: la voluntad del votante secesionista se puede ver representada en las instituciones democráticas catalanas por cualquiera de las personas que suceda en las candidaturas a los que están procesados y/o condenados, que no pueden salir de la cárcel por arte de magia.
Siguen jugando de manera clara con la paciencia de todos nosotros con el rosario de sandeces que cada día repiten en los medios de comunicación y, peor aún, están demostrando ante cualquier observador externo no comprado que siga este proceso, que sus propios seguidores se deben haber instalado en la más absoluta dejación de sus responsabilidades ciudadanas, pues no solo apoyan estas majaderías, sino que las defienden ciegamente sabedores de su inconsistencia en una suerte de espiral autodestructiva que nos afecta a los demás. ¿Cómo pueden seguir apoyando a quienes han ignorado la ley? La propia figura clave de nuestro sistema, la Presidencia del Gobierno, está en la idea, o la utiliza para anclarse en el poder un año más.