Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Pablo Milanés y Chiquito de la Calzada

30/11/2022

Preparábamos un curso de verano de El Escorial, 'Los cantautores en la historia de España', el profesor Tomás Fernández, subdirector de los cursos de El Escorial, el cantante Patxi Andión y un servidor. A la hora de la comida se unió el cantante canario Caco Senante. Los tres, buenos y queridos amigos. A los postres Caco contó la siguiente historia.
Senante y Joaquín Sabina eran dos de los mejores amigos de Pablo Milanés, 'El Negro', como ellos le llamaban cariñosamente. Por tanto, cuando el cantautor cubano fue intervenido en el hospital de La Paz de Madrid para ponerle prótesis en las caderas lo visitaban casi a diario. Milanés tenía muchas molestias y estaba desfondado, tristón.
-El Negro está jodido, Flaco, no sé qué podemos hacer para animarle - comentó Caco Senante a Sabina a la salida-.
Sabina encendió un cigarro, le dio unas caladas y le vino la idea.
-Coño, el que le gusta mucho ahora es Chiquito de la Calzada.
- ¡No jodas!
-Lo que oyes. Cómo no lo llamas, lo invitamos a comer y le decimos que nos haga el favor de ir a verlo un ratillo para subirle el ánimo -propuso Sabina-. ¡Le damos una sorpresa!
Y Caco llamó a Chiquito, comieron los tres y le expusieron el motivo de pedirle el favor. Chiquito dijo que 'faltaría más' y le apuntaron en un papel el hospital, el número de habitación y el nombre. Adiós, adiós y muchas gracias.
Caco confesaba que tuvo la impresión de que Chiquito de la Calzada no sabía quién era Pablo Milanés y que el papel con las señas se quedaría en el fondo del bolsillo de la chaqueta. Confirmó sus sospechas que los días pasaban y Chiquito no daba señales de vida.  
-Flaco, éste ni se ha vuelto a acordar…
Y una tarde, desde la habitación donde estaban Pablo Milanés, Nancy, su mujer y Caco, aún con la puerta cerrada, se oyó un gran barullo en el pasillo.
Caco asomó la cabeza y ve cómo un gentío en turbamulta: sanitarios, pacientes, familiares, siguen a Chiquito, que va revestido con una bata de médico y un gorro de quirófano en la cabeza, parando y entrando en las habitaciones aquí y allá, gesticulando y contando sus famosos chascarrillos.
Entró en la habitación de Pablo Milanés, ajeno a lo que ocurría, cantando 'siete caballos vienen de Bonannzarrr…', se paró delante de él y le soltó el 'Fistro, pecador de la Pradera' y Milanés, anonadado, se tapó la cara con el embozo de la sábana, luego lo bajó lentamente y susurró un largo ¡Jarrrlll! Chiquito le contó los mejores chistes de su repertorio, se despidió con un ¡Hasta luego Lucas! Y se fue como había venido, con una procesión de gente rodeándole aún mayor y poniendo el hospital de La Paz patas arriba. Pablo Milanés recuperó la alegría.

«Senante y Joaquín Sabina eran dos de los mejores amigos de Pablo Milanés, 'El Negro', como ellos le llamaban cariñosamente»