Ha sido leer el libro de Elvira Roca Barea, Imperiofobia, y este verano me ha subido la bilirrubina. He leído la parte de historiografía, la revisión conceptual y me doy cuenta de cómo nos engañan continuamente estos izquierdistas.
La historia que se enseña en Castilla-La Mancha, es un folletín especulativo, sin valor. Probablemente empujados por el continuado ejercicio de querer agradar a los gobiernos socialistas de Bono y sucesores digitales. No quieren plasmar la imprescindible impronta que dejó la cristiandad, católica, en el período del Descubrimiento, y la cocreación, entre los habitantes locales y los hispanos de un imperio nuevo, como habitantes territoriales en igualdad individual. Las fundaciones hospitalarias, los planes urbanísticos en las nuevas ciudades, el germen de los derechos humanos, la creación de gobiernos locales que desarrollaran el comercio, la educación, la creación de universidades que impartían doctrina, saber y conocimiento al mismo, e incluso mayor nivel que en algunos países europeos.
Pero esto se ha borrado por lo que fue un protestantismo atroz. La mala imagen es la española, y nuestro aborregado sistema le compró el discurso a los contrarios. Luego llega López Obrador que nos quiere humillar y con el silencio de Sánchez y las gracietas de Borrel lo consiguen: es humillante  tener este gobierno al frente del país, y repetiremos el error.
En la universidad, pública y en Toledo, para ser más exactos, no hay germen de la búsqueda de la verdad, ni de cultivarla, ni engrandecerla, como en tiempos de Alfonso X. Es recibir adoctrinamiento de profesorado sesgado en ideología y gustos. Escuchar cómo algún profesor dejó de cantar la internacional comunista, puño en alto, pues prefería la maniobrabilidad ideológica entre socialistas es bastante gracioso.
Preferimos celebrar claros ataques anticatólicos, anti  monárquicos, incluso revisionistas y revanchistas antes que conmemorar a Alfonso X y sus logros. Ya saben, era rey y cristiano, tiene todo lo peor.  
También la historia de España ha tenido sus maricomplejines, aquellos que con grandes diatribas, reflexiones filosóficas y aburre-ovejas han conseguido que la propaganda anti católica, antisistema haya tenido cabida en los manuales de historia, en los colegios, en los medios de comunicación, y luego nos quejamos de Torra y sus secuaces. Disfruten de lo votado y de lo que han de votar pronto, ¿quieren ponerle solución?