No hay que ser reiterativo en esta vida, te terminan llamando pesado, o cansino. Lo digo porque a estas alturas ya habrán escuchado que estamos en una nueva ola, en la puntita de la cresta y a continuación el tsunami que nos lleve a todos por delante.
A mÍ me ha dado por pensar que, las casualidades en esto de la pandemia son muy raras. Hay causalidades y hemos caído en la misma trampa que el pasado año en las mismas fechas. Así que, dentro de las teorías conspiranoicas, estas circunstancias se han repetido como piedra en camino de humano en la que hemos vuelto a tropezar. Qué raro, ¿verdad?
De nuevo, la Navidad, el compartir momentos en familia, con nuestros hijos o nuestros mayores, se ha criminalizado. Si pensamos en juntarnos nos da dolor de conciencia, ardor de corazón y animadversión. Volvemos a pensar que celebrar el Nacimiento de Jesús, compartir con nuestros semejantes, hacer más grande el sentido de familia, clan o tribu, es contrario a lo que nos inculca el gobierno. De nuevo, somos sospechosos y presuntos culpables de los futuros fallecimientos en nuestro país.
Nos han echado alpiste y hemos caído en la trampa. La obra de ingeniería social les está quedando niquelada. La Navidad, en peligro de cierre por el paganismo, por las lucecitas que han revertido el buen comportamiento que estábamos teniendo antes del puente de la Constitución. Nos pueden reunir en torno a un balón de fútbol, en torno a un mitin o una actuación musical, pero lo de cenar en Nochebuena, en familia, es un atentado contra el sistema sanitario.
¿Saben qué? Que huele a chamusquina. Me estoy imaginando un futuro próximo de confinamiento selectivo, con destrozo económico incluido. Lo que viene a significar un fracaso total de nuestra sociedad. Nos piden que nos vacunemos: lo hemos hecho. Nos piden que nos confinemos: lo hemos hecho. Nos piden que no nos juntemos, y también lo terminaremos haciendo. Pero, ¿qué han hecho por nosotros?
El peor gobierno, en el peor momento con las peores decisiones. Seguramente el cansineo se nos haga bola, pero esta trampa de ingeniería social para acabar con nuestro modelo de Estado, de sociedad y de creencias no lo comparto. La trampa sólo la venceremos votando en conjunto Libertad.