Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


Centenario en el convento de San Pablo

09/10/2019

A pesar de la rápida desaparición de varios de ellos en los últimos años, Toledo conserva aún una gran cantidad de monasterios y conventos de clausura, esencialmente femeninos, que constituyen un patrimonio humano, religioso, artístico y cultural de primera categoría. Uno de ellos es el de San Pablo, habitado por monjas jerónimas, un cenobio al que desde mi adolescencia he estado muy ligado.
San Pablo es uno de los conventos más antiguos de Toledo. Fue fundado por María García de Toledo en los últimos años del siglo XIV. El edificio actual data de finales del siglo XV y principios del XVI. La hermosa iglesia, a la que se accede por un recoleto callejón, es de una sola nave, cubierta con bóvedas de crucería, y en ella se conservan interesantes y bellos retablos, destacando el soberbio del altar mayor, cuya pinturas ocultan diversos relicarios. En el presbiterio se encuentra el sepulcro del cardenal Fernando Niño de Guevara, inquisidor general inmortalizado por El Greco, y frente a él un espectacular calvario gótico. El convento tiene tres patios, destacando el de los Naranjos, y una sala capitular decorada con un alfarje mudéjar. También se conservan en el mismo tres lienzos de Luis Tristán. El conjunto fue declarado BIC en 1999.
Pero este espléndido conjunto patrimonial se ve superado por la riqueza humana y espiritual que alberga, el de las religiosas jerónimas, que guardan el carisma del santo traductor de la Biblia. Los antiguos alumnos del Colegio de Infantes recordamos el cuidado con el que confeccionaban las sotanas rojas y roquetes, y cómo preparaban el ajuar del día del Corpus, así como el cariño que sor Anunciación ponía en todo lo que se refiriese al colegio, desde los tiempos en los que éste se encontraba en la Plaza de la Bellota.
¿Por qué esta evocación? La comunidad, desde el pasado 30 de septiembre, fiesta litúrgica de San Jerónimo, está de centenario. Con toda la orden jerónima, cuya rama masculina fue una de las órdenes más importantes de Castilla, con monasterios como El Escorial, Yuste, Lupiana, La Sisla o Guadalupe, celebran el XVI centenario de la muerte de San Jerónimo, ocurrida en Belén el 420. A lo largo de todo el año una serie de actos permitirán a la sociedad toledana conocer la realidad de esta comunidad, su historia y carisma, así como la figura del Padre de la Iglesia.
Quizá en estos momentos en los que vemos como este inmenso patrimonio constituido por las clausuras toledanas corre un grave peligro de desaparición, sea pertinente acercarnos a la realidad de estas mujeres, custodias de un legado espiritual y patrimonial que se conserva gracias, en muchas ocasiones, a su heroico sacrificio. Nada se ama si no se conoce. Conservar el conjunto patrimonial, material e inmaterial, de estos conventos sólo será posible si lo conocemos de verdad.
Este centenario es una gran oportunidad para ello.