En Talavera, el mes de mayo huele a ferias pero cada cuatro años también a campaña política y elecciones municipales y autonómicas. No hace tanto andaba yo metida en esos menesteres. Qué alivio que sea un recuerdo. Hay muchos tipos de política pero, sin duda, hay una primerísima división en la que juegan los que fijo sacan título y otra... ¿cómo se llama ahora? Segunda RFEF, bueno la tercera de toda la vida, en la que uno juega con toda pasión, por puro amor al arte, conocedor de que, a lo sumo, sacas alguna lesión y más de un codazo, incluso de los de tu equipo. Bueno, de esto último no se libra nadie.

Informaba ayer este diario de que solo cuatro de las siete listas presentadas en las municipales de 2019 repiten su concurrencia para este 2023. No seré yo quien contradiga a la jefa pero sí vengo a opinar que más que repetir y cambiar siglas, la lista de IU-Podemos se ha fusionado con la que fuese en su día Ahora Talavera y XTalavera y se ha nutrido de independientes. Me consta, porque conozco a algunos de sus integrantes, su empeño y deseo de alejarse lo máximo posible de siglas preestablecidas y centrarse en ser la opción de una parte de la ciudadanía que sin su presencia, no encontraría papeleta el 28M.

Más o menos así me lo dijo cuando yo le advertí: "¿Estás seguro? Qué valiente eres, ya sabes lo que te complica la vida, sobre todo si finalmente eres cabeza de lista". Me contestó que sentía la "responsabilidad social" hacia miles de personas que en su día votaron por las opciones que ahora aglutinan, y que no hallarían opción a la hora de elegir a sus representantes si no daba ese paso. Me pareció una respuesta digna del mejor político, con la diferencia de que los políticos a los que estamos acostumbrados dicen esas frases ante la prensa, cuando saben que los graban, y él se lo dijo, con la máxima confianza, a una compañera y amiga tomando café, con sinceridad, sin la menor idea de que semanas después se le va a ocurrir contarlo. Ni yo misma empezando esta columna pensaba decirlo. Por eso el nombre.