En una  reciente entrevista concedida a El País, Bertín Osborne ha declarado que el movimiento feminista no tiene sentido hoy en España, aconsejando a sus activistas que hagan sus reivindicaciones en lugares como Kuwait o Irán. Se preguntaba, además, qué derechos les faltaban a las mujeres en nuestro país que no hubieran conseguido ya y, añadía, que si quedaba alguno sería una excepción desconocida para él. Como era de esperar, estas consideraciones han levantado numerosas críticas, destacando el zasca de Julia Otero, recordando que desde tiempo atrás, en lo referente a comentarios machistas, el cantante/presentador ya ‘apuntaba maneras’. De quienes han alzado su voz reprobándole, Osborne se ha defendido llamándoles mamarrachos.
Por mucho que a algunos colectivos les enerve, las manifestaciones convocadas en apoyo a las reivindicaciones feministas están siendo las más numerosas de España en los últimos años. Tras décadas de lucha, la perspectiva de género está cada vez más presente en la agenda política y social. Quienes no quieran avanzar en este ámbito, negándose a afrontar unos cambios de hábitos, mentalidades y comportamientos que a todos nos incumben, seguirán caminando de espaldas hacia una sociedad más libre y paritaria.
El reconocimiento formal de un derecho no garantiza su cumplimiento pleno. Hay que pelear por hacerlo efectivo y remover cuantos obstáculos surjan en su ejercicio diario. Es cierto que, con la Constitución en la mano, todos somos iguales ante la ley. Pero en esto, como en otras cuestiones, del dicho al hecho hay un trecho. En igualdad, pese a lo que diga Osborne, aún presentamos déficits significativos: mayor tasa de paro femenino y temporalidad laboral, brecha salarial superior al 20% y de hasta unos cuatrocientos euros en las pensiones percibidas, mayor número de horas dedicadas a cuidados familiares y tareas del hogar o la persistencia de techos de cristal para acceder a algunas profesiones, oficios y responsabilidades. Si sumamos que ya son cuarenta las mujeres asesinadas en el presente año por sus parejas o exparejas y que raro es el día en que los noticiarios no informan de agresiones sexuales contra nuestras jóvenes, el cantante y quienes como él piensan, ya tienen argumentos suficientes para resetearse, corregir sus palabras y dejarse de mamarrachadas.