Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Entre cipreses, acacias y catalpas

02/12/2021

Entre cipreses, acacias y catalpas
en el camino
enrique sánchez lubián
En el primer capítulo de su biografía sobre Antonio Machado, 'Ligero de equipaje', Ian Gibson recorre el Cementerio Civil de Madrid donde entre cipreses, acacias y catalpas yacen los restos de hombres y mujeres como Dolores Ibarruri, Pablo Iglesias, Pi y Margall, Nicolás Salmerón, Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossío, Largo Caballero, Besteiro, Carmen de Burgos, Baroja, Julián Grimau, Marcelino Camacho… Son, en sus propias palabras, «esa gran familia de los que creían en una España tolerante, laica y progresista, abierta a lo mejor de Europa y que pagaron por aquella fe con la muerte, el dolor y el exilio, interior y exterior». Ahora, junto a ellos, también reposa allí Almudena Grandes, la 'voz de los perdedores'.
Cada vez que venía a Toledo a presentar sus obras, y fue prodiga en hacerlo durante los últimos años, los espacios donde convocaba a sus lectores se quedaban pequeños. Bien se lo merecía. Su presencia era anhelada por clubes de lectura, bibliotecas y librerías. Nunca defraudaba. Desde que en 2010 iniciase con 'Inés y la alegría' los 'Episodios de una guerra interminable', su triunfante carrera tomó mayor dimensión. El fervor de sus seguidores creció exponencialmente, conscientes de que con estas novelas la escritora hacía algo más que emular a su admirado Galdós: contribuía a recuperar la memoria democrática y social de aquella España sometida a la dictadura franquista de la que aún continúan guardándose silencios y tanto duele a las familias de cuantos desaparecidos siguen derramados en fosas comunes y cunetas.
Contando nuestra historia desde abajo, como hiciese don Benito, Almudena Grandes dignificaba a cuantos con su resistencia, muchos de ellos desde la anónima cotidianeidad, contribuyeron a recuperar la democracia y la libertad. Y como todavía hay quienes están en contra de esos valores, en sus columnas nos alertaba ante las barrabasadas que son capaces de hacer lo más cerril de nuestras derechas, como bien lo demostraron aquellos que en su fallecimiento tuitearon: «con odio has vivido, con odio has muerto». Frente a ellos, y expresando un sentido abrazo a ese grupo de amigos toledanos que tan bien les arropaban a ella y a Luis, su pareja, en sus visitas literarias y políticas a nuestra ciudad, nos quedan sus textos, su coherencia y su esperanza en el republicano porvenir.