Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


El valor de la política

14/06/2020

Se cumplen ciento diez años de la elección de Pérez Galdós como diputado encabezando la candidatura de la Conjunción Republicano Socialista, con la que Pablo Iglesias consiguió acceder por primera vez al Congreso. Para celebrar el éxito, don Benito participó en un mitin donde dijo que el absentismo era la muerte de los pueblos. Argumentó su afirmación con un símil que hoy, un siglo después, mantiene plena vigencia: «Es muy cómodo decir: la política, ¡qué asco!, como pretexto para no intervenir en ella. Es como si una inundación invadiese los sótanos de una casa y los inquilinos del piso principal se subieran al tejado diciendo: ¡Uf, qué agua tan sucia! Yo no quiero mancharme sacándola. Y, entre tanto, el agua fuera reblandeciendo el solar y los cimientos».
En momentos como los actuales es fácil dejarse arrastrar por el desaliento, opinar negativamente sobre la acción política y desdeñarla. Desentendernos de ella es dar carta blanca a cuantos quieren aprovechar esa dejación para usurpar nuestros derechos democráticos y, ninguneándonos, actuar con ellos a su antojo. Gústenos más o menos, la política está presente en muchas de las circunstancias y situaciones que conforman nuestro día a día. Gracias a ella se han conseguido grandes avances para todos, por lo que darle la espalda es una actitud impropia de la corresponsabilidad que como ciudadanos debemos asumir ante la cosa pública y de la exigencia de rectitud, servicio y coherencia que permanentemente hemos de requerir a quienes nos representan.
En esta semana, el Gobierno ha dado luz verde al anteproyecto de la ley de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia y ha conseguido que el Congreso de los Diputados ratificase sin ningún voto en contra, pese a la escandalera previa sostenida por el Partido Popular y Vox, la tramitación del Ingreso Mínimo Vital como nuevo derecho social. Estos logros contribuyen a cohesionar nuestra convivencia de manera más justa y a dignificarla. Iniciativas como éstas, además, restituyen a la política el valor transformador que conlleva cuando se ejerce como escudo social para cuantos necesitan más protección y amparo público, no dejándose arrastrar por quienes con su sectarismo, ineptitud o griterío trabucaire se empeñan en devaluarla, deslegitimarla y secuestrarla al interés ciudadano.