Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


Maquiavelo hoy (27)

25/01/2021

Nicolás Maquiavelo escribió sus libros en el primer tercio del siglo XVI. En aquellos tiempos Italia estaba dividida en cinco grandes estados (Nápoles, Milán, Venecia, Florencia y los Estados Pontificios), porque ningún poder era suficientemente fuerte para unir a toda la península. Casi como estaremos en España en el siglo XXI si las cosas siguen así.
La sociedad y la política italiana de aquellos tiempos fueron ejemplos de decadencia institucional, a pesar de ser brillante intelectualmente y creadora artísticamente, y era presa de la corrupción política y de la más baja degradación moral, que solo necesitaba el éxito para justificarse.
Los libros más conocidos que escribió Maquiavelo fueron ‘El Príncipe’ y ‘Discursos sobre la primera década de Tito Livio’. No fueron los únicos. En el primero se refiere a las monarquías y a los gobiernos absolutos. En el segundo se refiere a su admiración por la República romana. Quien lee el segundo de los libros puede predecir lo que se encuentra en el primero.
Al releer estos libros he encontrado tantas similitudes con la realidad española que no me resisto al intento de sintetizar algunas ideas, advirtiendo que son todo lo contrario del humanismo cristiano. Maquiavelo parte de cuatro principios generales: que la naturaleza humana es esencialmente egoísta, agresiva y ambiciosa; que la fuerza del derecho es el único poder que mantiene unidad a la sociedad; que cuando el país esté en peligro no valen las consideraciones de justicia o injusticia, humanidad o crueldad, gloria o infamia; y que es indiferente la verdad o la falsedad de la Religión.
Sobre estos principios desarrolla las siguientes ideas:
-Indiferencia del uso de medios inmorales para fines políticos.
-Creencia de que el gobierno se basa en la fuerza y la astucia.
-Son lícitos todos los medios que puedan fortalecer al Estado.
-Abstracción de cualquier consideración religiosa o moral.
-La finalidad de la política es conservar y aumentar el poder político.
-La política solo se valora por el éxito en la consecución de los fines propuestos.
-Señala las ventajas que la inmoralidad, hábilmente utilizada, puede proporcionar.
-La política es un fin es sí misma.
-La seguridad solo es posible con un gobierno fuerte.
-La corrupción moral de un pueblo hace imposible el buen gobierno. Entiende por corrupción todas las formas de violencia, las desigualdades de riqueza y poder, la destrucción de la paz y la justicia, el desarrollo de una ambición desordenada, la desunión, la deshonestidad, el desprecio a la Religión.
-Su admiración por los antiguos romanos se basaba en la pureza de la vida familiar, independencia y dureza de la vida privada, simplicidad y frugalidad de costumbres, y lealtad y honradez en el desempeño de funciones públicas.
-El gobernante, a diferencia del ciudadano, se rige por el éxito de ampliar y perpetuarse en el poder, aunque sea fuera de la ley y de la moralidad, admirando al que está lleno de recursos, aunque tuviera falta de escrúpulos.
No sé, amable lector, si tú también encuentras, en alguno de los puntos citados, algún parecido con la realidad política de la España de nuestros días.