Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


El enigma del mazapán

29/12/2020

Recordarán que la semana pasada me quedé sin espacio para decirle tres cositas a la alcaldesa y aunque hoy voy a variar el tema, no crean que me olvido del asunto; esta mañana por no ir más lejos he tenido que visitar la estación del tren y la impresión ha sido tan desafortunada  y tan penosa que todavía me dura la congoja, no alcaldesa no, el camino emprendido por el tren en esta ciudad, por poner un ejemplo, nos lleva a la nada, a la desaparición.  Estimada Tita, no es cuestión de simpatías y fotogenia, es un trabajo mucho más profundo. Ocurre que en esta navidad tan desabrida y huraña, tan poco navidad, ha llegado puntual a nuestras mesas un dulce que a mí cuando es bueno y sin adulteraciones extrañas me encanta: el mazapán.
Y es bastante sabido que este delicioso y exquisito dulce tiene un origen incierto, muy incierto. Revisé mi biblioteca de viejo aficionado a la gastronomía y encontré ensayos muy informados como el mismo de Moreno Nieto publicado en Temas toledanos y muchas otras referencias en libros de cocina árabe, sefardita, etc. pero lo cierto es que después de leer y releer me he quedado con las mismas dudas sobre el origen de esta estupenda golosina. Hay una corriente que explica el mismo Moreno Nieto y que tiene bastantes seguidores que pretendo que el mazapán surge en Toledo a propósito de un asedio a la ciudad y que unas monjas que casualmente tenían cantidad de almendras, azúcar y todo lo necesario para fabricar mazapán, lo usaron de manera que como dice el refrán, a falta de pan buenas son tortas; a falta de pan, los sitiados pudieron degustar por primera vez en la historia el delicioso mazapán recién salido del horno de las  visionarias monjas, y tengo que añadir que fue una suerte para la especialidad gastronómica que aquellas clarisas tuvieran sobrada almendra, claras de huevo, azúcar etc, etc. y que no contaran en cambio con sacos de alfalfa, cañamones, pimentón o sal porque entonces el mazapán no sería lo mismo que actualmente conocemos. Lo que quiero decir en suma que lo del convento de las monjas como creadores del dulce navideño no es más que una leyenda que puede venir muy bien a aquellos que gustan las explicaciones con apariencia de verdad pero más falsas que un político español en campaña electoral.
Aunque creo con toda seriedad que hay que esperar a resolver este enigma si alguna vez se resuelve, tendremos que conformarnos con lo que dicen algunos autores de su origen: Alemania, Italia, Creta, Cerdeña, Venecia, cada lugar o región, dando su propio nombre a nuestro querido mazapán y reclamando la creación del mismo para sí. Finalmente  esto del origen del mazapán no deja de ser más que un entretenimiento para gente un poco ociosa que no tiene demasiado que hacer aunque o que tiene verdadera importancia es que la fama que tiene Toledo es merecido y no sólo la capital ya que puedo asegurar que cerca de la Imperial ciudad hay un puñado de ciudades o pueblos que fabrican un mazapán de categoría suprema, ahí están  San Martín de Pusa, Oropesa, naturalmente Toledo, o la misma Talavera con pastelerías que sacan al público por estos días verdaderos manjares mazapanescos para que todos disfrutemos del dulce navideño, un poco más si los niveles analíticos son buenos y un poco menos, o muy poco menos, si el nivel de glucosa es alto, en ese caso no hay más remedio que consultar con los doctores si gusta como si no.
O a lo peor no se puede ni probar.