Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


‘Tenemos que...’

25/10/2021

Aquí en este país tan rimbómbate que, por lo visto, está entre los primeros veinte de este planeta llamado Tierra. Los que de una manera pública nos mandan a los demás, los pobres ignorantes e ingenuos de la sociedad, como yo, son los mismos que dicen estar a nuestro servicio y, sobre todo, también 'nos cuentan' que, todo lo que hacen, es en el beneficio único de nuestro bienestar.

Su única preocupación en esa pública ocupación que mantienen año tras año, y década tras década, es solo para beneficiarnos al resto de los pobres ignorantes e ingenuos ciudadanos habidos de tanta necesidad, y que gracias a 'su' verdadero y personal esfuerzo, logran y han logrado que los de abajo como yo, vayamos siempre mejor que en tiempos atrás.
Por ello, les debemos estar infinitamente agradecidos, del servicio 'gratuito' y sin ningún beneficio que ellos obtienen, porque no están ahí para su personal, egoísta y único beneficio. Porque, su única satisfacción y beneficio personal es eso, que, a todos los ignorantes e ingenuos ciudadanos de base, estemos bien al precio que sea. Por ello, me encanta oírlos decir, en cualquier foro eso de: 'Tenemos qué…', que bonita, llenadora y hueca expresión, grandilocuente, campanuda y altisonante manifestación, sugerente, ostentosa y florida declaración y, siempre llamativa y rimbombante exteriorización de su buen testimonio, que dicen constante, invariable y continuamente, para en verdad no llegar a hacer o realizar nada. Sobre todo, porque en: 'Tenemos que…', nos hacen sentir incluidos a todos en conjunto, de sus magníficos y excelentes proyectos, que muy bien han ideado para el ingenuo e ignorante pueblo necesitado de tan buenos Pater conditae (padres de la patria), porque como se sabe, siempre los padres lo hacen mejor que sus hijos, durante todo su crecimiento, hasta que los hijos son mayores de edad. Pero, parece ser que, los Pater conditae no quieren que lo hijos sean mayores de edad, y así tomen decisiones propias, que quizá 'pudieran cambiarse' las reglas del juego establecidas por los que dicen 'tenemos que…', y los de abajo las tenemos que acatar sí o sí. Porque ciertamente no somos ninguno intelectualmente maduro y si lo son los que mandan, gracias a su capacidad. Por tanto, son y serán, los que están de una manera pública mandando a los demás, gracias a este revolucionario y adelantado sistema social, que, a los ingenuos ciudadanos, se nos permite participar alguna vez, y así nos mandaran y mandan a los demás, para siempre poder comenzar sus discursos 'tenemos que…'.