Si el señor Navalón, que fue mi profesor de música en el Colegio, lee que estoy opinando sobre un concierto de música clásica, seguro que su cara de asombro pasa a la posteridad. Y es que cuando hizo la selección de alumnos para el coro del Colegio yo no pasé de entonar el Fa de la escala, para ese momento su cara era un poema, me consideró totalmente perdido para la música. Pero como soy insistente y, aunque reconozco que no puedo hacer carrera en un coro ni tarareando, mi sentido del ritmo y el gusto por la música me fue convirtiendo en un melómano empedernido que sabe que la música, como otras artes, conforman fundamentalmente sentimientos en aquel que las disfruta.
Y esto es lo que pasó el jueves día 3 en el Concierto Extraordinario de Reyes que el grupo Nereydas, bajo la dirección de Javier Ulises Illán dio en el Teatro de Rojas de Toledo. Del mismo sabíamos únicamente el título ‘Navidad barroca: Música en familia para emocionar’ y que había parte cantada ya que se anunciaba a la soprano Sandra Ferró, el programa no se nos entregó hasta el final, se quería que todo fuera una sorpresa. Y empezaron las emociones casi desde el arranque.
El siglo XVIII con una pieza incluida del siglo XX se nos fue presentando por el director en una lección magistral que hacía sonreír y disfrutar al público. Javier Ulises Illán nos hizo viajar por el tiempo y el espacio. De Vivalvi a Händel, de Zelenka a Bach con una incursión por Purcell y la sorpresa de escuchar la banda sonora de Juego de Tronos con algún pinito cantor del propio director.
Hasta buscó la complicidad del público en el acompañamiento con palmas a la ‘propina’ final, cual émulo de la Marcha Radenzky en el Concierto de Año Nuevo en Viena.  Fueron dos horas disfrutando en las que los asistentes sentimos la emoción de escuchar y sentir muy buena música gracias a Nereydas. Esperemos que este tipo de conciertos se repitan.
Querido Navalón, hoy seguirías sin seleccionarme para el coro del Colegio, pero podríamos mantener una interesante conversación sobre música, de ti recibí una buena lección y creo que la he aprovechado, disfruto oyendo música.