Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


El Toledo de Daniel Gómez Aragonés

05/05/2022

La Esfera de los Libros ha publicado esta primavera Toledo, biografía de la ciudad sagrada, una tochografía de más de setecientas páginas sobre la Ciudad Imperial, que abarca desde sus orígenes en el Cerro del Bú hasta nuestra Milagros Tolón de hoy día. Entre medias, veinticinco siglos de Historia -más los apuntes prehistóricos correspondientes- que hacen de este libro imprescindible para quien quiera hacerse idea de lo que es Toledo y significa en España, Europa y el mundo. Sostiene el autor que es nuestra ciudad sagrada, a la altura de otras como Jerusalén y Roma. De hecho, se cuenta por ejemplo cómo en pleno proceso de reunificación italiana, las autoridades locales del XIX ofrecieron la posibilidad al Santo Padre de abandonar el Vaticano para venirse a Toledo y encontrar tierras más tranquilas que aquellas del Risorgimento.
Lo que más me ha impresionado de la obra de Aragonés es su carácter holístico, la forma en que enfrenta la historia de una ciudad que es tanto como decir la Historia de España. Porque si algo nos queda claro después de su lectura es que Toledo es España  y España es Toledo. Pasear las calles de esta ciudad es recorrer el mapa de la vieja piel de toro, con sus heridas abiertas en canal pero también con sus glorias incrustadas en la piedra. No hay ciudad que diga tanto de España como Toledo, no hablan más alto las piedras de sus calles porque no pueden y enronquecerían en infinitas letanías. Pero Toledo es la sangre de nuestra sangre, la familia de la que venimos y lo que es más tremendo, hacia la que volveremos. Porque algo de círculo y eterno retorno siempre queda también en la Historia.
Aunque la obra es lineal y escrupulosa con los períodos históricos, se advierte precisamente por ello cómo los problemas se fueron repitiendo a lo largo de los siglos y aún hoy no hemos terminado de resolverlos. No piense el lector que se encontrará con un ensayo sesudo y definitivo sobre la esencia de España y la ciudad. No, no es eso. Pero en la exposición clarificadora, sencilla y magistral que de los hechos hace Daniel con su particular estilo, se advierte el bombeo de la misma sangre que no ha dejado de manar hasta nuestros días. Cierra cada período histórico además con un campo legendario, que encuadra y sublima la ciudad en el aire mitológico que tiene desde el mismo momento de su fundación, cuando un tal Hércules vino al peñón a concluir alguno de sus trabajos.
He pasado un mes delicioso, fascinante y mágico con su lectura, recreándome en reyes, pasajes, lugares, arzobispos y personajes. Me sorprendieron las palabras extraídas de un texto de Urabayen, ya en el siglo XX, cuando dice textualmente que quien llega a Toledo queda atrapado y es incapaz de salir de él. Conozco muchos casos que son así, comenzando por el mío. Uno, que tiene ya legitimada la dinastía con dos hijos bolos, admira profundamente la belleza de esta ciudad y se acerca siquiera a entender el legítimo orgullo que deben sentir los toledanos al nacer de esta piedra. No hay ciudad española con tan fuerte personalidad y con las cicatrices tan marcadas como Toledo. La lectura de la obra de Aragonés -un Sixto Ramón Parro o Julio  Porres futuro, he oído decir por ahí- es como un paseo por las calles de la ciudad, oliendo la Historia en cada página y perfumándonos las sienes. Creo que cada toledano debiera tener cerca un ejemplar suyo.