Francisco García Marquina

EN VERSO LIBRE

Francisco García Marquina


El abrazo de los poetas

29/06/2021

Al poeta José María Pemán le habían quitado en Cádiz un busto público y ahora le han arrancado algo más discreto e íntimo como es la placa que figuraba en su casa de nacimiento, que no tenía ninguna referencia política sino que era un recuerdo humano.
Pemán no tiene ya un protagonismo social y político y su valor es el puramente literario de sus poemas, artículos y obra teatrales. La sociedad le estimaba mucho por sus dotes oratorias y su gracia andaluza y son inolvidables personajes como el Séneca. Sus poemas neopopularistas estaban llenos de emoción sencilla, y aunque la crítica de hoy pueda ponerles reparos, antaño fueron muy valorados.
Otra cosa fueron las actuaciones políticas de Pemán al servicio de unas ideas que le llevaron durante la guerra a encabezar en 1936 la comisión depuradora de la enseñanza y ser mentor del franquismo. Al cambio actual, su conducta es impresentable, pero es importante discernir entre lo político y lo moral. En la contienda civil y fuera de lo criminal, hubo más errores políticos que morales, porque se debe salvar la buena voluntad de los enfrentados.
Los iconoclastas son tan celosos que se proponen derribar por su cuenta y sin pedir opinión hasta un monumento que hubiese sido elevado por suscripción popular. Si la Memoria Histórica fuera realmente un recuerdo y no una purga, no debía eliminar sino recordar. Hay el importante axioma de que privar del conocimiento es negar la libertad.
Al cabo de 85 años hay que estar muy temeroso o resentido para buscar revancha  usando un recuerdo selectivo. También hacen gala de ignorancia, como la alcaldesa Colau que eliminó por fascista el nombre del Almirante Cervera que fue un ilustre marino del XIX.
El 28 de febrero de 1981 Rafael Alberti daba en la plaza de San Antonio el pregón del Carnaval de Cádiz, y entonces bajó Pemán, y ambos se dieron un abrazo. Habían pasado ya  42 años del final de la guerra. Ahora han pasado 82 y la izquierda sigue en la recidiva del rencor.
Los censores son incapaces de discernir entre la entidad personal, -especialmente el ideario- y la excelencia profesional. Se perdona a un canalla guapo y una inútil manda por cupo. Hoy eliminan a La Cierva, que fue una eminencia mundial en la aeronáutica, porque colaboró con el alzamiento buscando el Dragon Rapide para Franco. Es ruinoso el desprecio de la eficacia profesional en ciertos dirigentes, quizás porque tienen solamente a la política como soporte de su bienestar y de su prestigio y fuera de ella no sirven para otra cosa.
    Hay poetas excelsos que unos fueron seducidos por el fascismo, como Marinetti, d’Anunzzio, Croce y  Pound  y otros fueron exaltadores del estalinismo, como Brecht, Breton, Eluard y Aragon.  Aparte de sus ideas políticas, Carl Orff era un gran músico, Gunther Grass un excelente novelista y José María Pemán escribía cosas tan inspiradas como ésta:
 ‘Adoro los cipreses porque son
como tu cuerpo, conjunción suprema
de arquitectura y música
’.