Francisco García Marquina

EN VERSO LIBRE

Francisco García Marquina


Greta Thunberg

13/10/2019

Esta fascinante niña robótica hostiga a la sociedad para despertar su conciencia ante el grave problema de la paulatina e irreversible destrucción del planeta por la acción del hombre, cuyo primer efecto es el calentamiento global. Ella ha hablado en los foros internacionales de una manera enérgica resaltando en una carita de melocotón una mirada que apuñala. Con sus profecías catastróficas y su lenguaje sentencioso y duro ha logrado conmover a todos. Unos han reaccionado con incredulidad y el consecuente rechazo y otros se han visto atemorizados y dispuestos a hacer lo que ella ordene para salvar el mundo.
 Greta acusa a los dirigentes mundiales de omisión y traición ante el cambio climático, con esta amenaza: «No quiero que tengas esperanza, quiero que tengas pánico», y lucha contra los poderes «que sacrifican nuestra civilización para hacer grandes sumas de dinero». Usa un lenguaje de máximos para impresionar a quienes la escuchan: «La gente está sufriendo. La gente se está muriendo. Ecosistemas enteros están colapsando». «Estamos en el comienzo de una extinción masiva. De lo único que pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?». Y frente a la inacción de los mayores moviliza a los niños: «Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición».
 Quienes se oponen a su discurso y la oyen lamentarse teatralmente de que «me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías», la llaman sensacionalista, pero la mayor acusación es que encabeza una campaña de marketing del ‘capitalismo verde’ y detrás hay unos potentes intereses económicos y ciertas empresas de productos ecológicos y renovables recogiendo por el camino millones de subvenciones de los gobiernos. Y no son siempre respetuosos con la naturaleza, porque las baterías de los coches eléctricos, por ejemplo, son contaminantes. Y añaden: ¿Por qué su voz ha resonado en todo el mundo, mientras la de los indígenas en diversas países ha sido sistemáticamente silenciada? Si el discurso de esta chica fuera molesto para las élites no sería recibida con alfombra roja en Davos y en la ONU y no hubiera cruzado el océano en un barco patrocinado por una multinacional del automóvil.
 Además, imponer patrones ecológicos en las comunidades que no pueden permitirse el lujo de no contaminar es inhumano, pues gases de efecto invernadero son consecuencia de lograr que personas tengan acceso a la electricidad y puedan salir de la pobreza.
 Pero el daño al planeta es real y descalificando a esta mensajera no vamos a resolverlo. Sufrimos deforestación, acumulación de residuos electrónicos y plásticos, desastres naturales, migraciones, escasez del agua, erosión del suelo, contaminación del aire, pérdida de vida salvaje, etc.  Caben pocas dudas sobre la influencia de la actividad humana, que ha hecho aumentar la temperatura media en las capas bajas de la atmósfera desde hace un siglo.
 Esta cibercriatura airada no me gusta, se le nota un trasfondo, una pose, pero la escucho y comprendo que no hay más remedio que hacerle caso para intentar salvar nuestro planeta.