Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


Gracias DI (501)

04/01/2021

DI, en números romanos es quinientos uno, es decir quinientos uno textos escritos, en una trayectoria de casi diez años, y que modestamente, debo decir orgulloso de poder hacerlo. Supongo que ha habido de todo, por ello desde aquí pido disculpas por mis malas redacciones del principio, que seguro y aún hoy no están exentas de malas construcciones gramaticales, o que incluso me han dicho muchas personas que pecan de barrocas o retorcidas, en cuanto a lo sintético que debe ser un texto en el mundo periodístico. Yo por mi parte he intentado y seguro no he conseguido, poder reformar esos detalles quizá tan barrocos o recargados, pero sin olvidarme de la esencia del asunto o aspecto a tratar. Al ser enólogo, comencé a escribir en marzo de 2011, para poder dar una visión muy particular del vino y su cultura, mediante una redacción reconozco muy arcaica. Así he podido ir dando una opinión ante situaciones muy generales de la sociedad más allá del vino, sobre todo, en lo relativo a su función actual, su viabilidad como medio de vida o sus aspectos más políticos, he creído poder y así se me ha permitido siempre, crear una serie de textos más generales. En este aspecto de textos más generales, si agradezco a los lectores, que han seguido y creo siguen esta ventana que proporciona La Tribuna, el poder modestamente trasmitir una serie de pensamientos, siquiera personales y oníricos qué de alguna manera por ellos, creo ver los asuntos más cotidianos desde un prisma muy diferente al resto de las situaciones que están pasando. Desde aquí, quiero decir al lector que he intentado no entrar en las vulgaridades de lo actual o en una denuncia grotesca que seguramente, estaría siempre llena de vaciedad respecto de acciones o actuaciones de terceros, y pudieran afectar a alguien concreto respecto de otro. El hilo que he querido mantener, es quizá una mirada algo irónica, más bien cínica diría alguno, eso sí, llena de cierta acidez respecto de planteamientos de esta nueva modernidad, que me parecen de puro absurdos.
También confieso que a lo mejor alguna vez he sido ‘a sabiendas’ hasta sarcástico, con la intención de llamar la atención, pero creo manteniendo un toque de elegancia, que de eso hoy día hay poco en todos los niveles de la sociedad. Por todo ello, gracias a los lectores y gracias a los directores de La Tribuna, por permitirme esta ventana al mundo, para dejar mi visión de él en ella.