Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


Salvar la Navidad

30/10/2020

La vicepresidenta del gobierno valenciano, Mónica Oltra, pronunció una frase que refleja muy bien lo que debería ser el objetivo de todas las medidas que se están tomando a nivel autonómico y nacional para contener la expansión del coronavirus, de nuevo, en esta segunda ola pandémica. Y la recordaba Joan Baldoví ayer en el Congreso de los Diputados, en el día en que se acordó prorrogar el Estado de Alarma por seis meses, para justificar su voto favorable a una medida de tal envergadura: «salvar la Navidad es que todos estemos sentados a la mesa, aunque sea en mesas distintas».
Y es que, a pesar de las ganas que podamos tener de ver a los nuestros, de compartir con ellos esas fechas tan emotivas, de sentir el calor de los abrazos o la alegría de los reencuentros, siempre será mejor poder hacerlo que no. Aunque sea en otro momento. Porque si no están, o no estamos, ya no habrá Navidad que celebrar. Ahora estamos a tiempo, y nos podremos tomar las uvas el 9 de mayo si quieren. Pero hay que poner coto a un virus que nos está demostrando que sigue al acecho, y  que entra cuando bajamos la guardia.
Las medidas que han adoptado comunidades como Castilla-La Mancha o Castilla y León, con un cierre perimetral para evitar desplazamientos innecesarios, se antoja más que oportuna. Sobre todo ante unas fechas, dos puentes festivos de la Comunidad de Madrid, que pueden hacer saltar por los aires lo conseguido, aunque sea poco. Ojo, no voy contra Madrid, se puede ir y volver manteniendo todas las precauciones. Pero ustedes y yo sabemos que no todo el mundo las toma, o no se toma esto tan en serio. Por cierto, un ejemplo de entendimiento no solo entre comunidades autónomas, también entre administraciones y partidos políticos que ponen en valor la necesidad de dialogar, y acordar medidas que van a afectar a millones de ciudadanos. En el acuerdo de cierre estaba Madrid, pero eso ya tal.
Y es por eso que, pese a cierres perimetrales autonómicos, toques de queda, reuniones limitadas a seis personas o estados de alarma de seis meses, cabe recordar que una de las mejores barreras para frenar al virus es la responsabilidad individual, porque si el virus es capaz de entrar cuando uno no quiere, imagínense lo que hará si se lo vamos poniendo fácil. Bueno, no hace falta que se lo imaginen, me parece que ya lo saben.