Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


¿Qué están haciendo con España?

30/10/2020

Quién la ha visto y quién la ve… ayer villas y castillos… Una vez España era un país próspero, serio, respetado, en el que la inmensa mayoría de las autoridades tenían la categoría necesaria para desempeñar el cargo que ostentaba y actuaban con el decoro que el mismo exigía. Porque no se engañen, el hábito no hace el monje, pero contribuye a identificarlo.
No se trata ya de las grandes decisiones, en las que parece que las dicta el peor enemigo. La falta de categoría se ve en los detalles más nimios ¿Vieron ustedes la escenografía que nos brindaron presidente y vicepresidente para presentar los presupuestos? En primer lugar, no sé quién lo diseñó, pero estaba acorde con la categoría humana de los personajes. Parecían azafatas de concurso, caminando al unísono y sosteniendo ambos, cada uno por una esquina, el cuadro en el que colocaron el disco de los presupuestos, por supuesto progresistas, para mostrarlos a la concurrencia como quienes muestran el número del primer premio de la bonoloto. En segundo lugar, porque da vergüenza pensar en el tiempo que perdieron en ensayar tal horterada. ¿No tienen mejor cosa que hacer el Presidente y Vicepresidente del gobierno de España que ensayar la coreografía para enseñar un cuadro que supuestamente contiene los presupuestos? ¡Qué nivel!
Nos enteramos también de que una turbamulta de políticos de todos los colores ha asistido a ‘presentar la modorra’ en unos premios de un medio de comunicación. Seguramente para dar ejemplo al pueblo que los sostiene, a cuerpo de rey, de lo que no se debe hacer. Y a una presidenta autonómica se la pudo ver con el ‘cubata’ en la mano pasada la hora de cierre del local que ella misma había fijado… todo muy ejemplarizante.
Se pretende declarar un estado de alarma eterno, para que nos vayamos acostumbrando a vivir como en las dictaduras ‘progresistas’ gobernadas por los líderes ideológicos de nuestros gerifaltes. Además, como la declaración de tal estado, como se hace, le debe dar vergüenza a nuestro presidente, ni siquiera quiere aparecer él en el Congreso para defender la declaración, se lo endosa al desabrido ministro de Sanidad que tiene mucha ‘filosofía’. Además, se sacude la responsabilidad echándola en los presidentes autonómicos. A él no se lo verá hasta que salga a anunciar nuevamente la victoria sobre el virus como anunció la anterior.
Tenemos un presidente que, en lugar de ponerse al frente de la mayor tragedia que asola España, seguramente desde nuestra guerra civil, declina la responsabilidad en diecisiete presidentes para que, con su mejor voluntad, nos vuelvan locos con medidas y contramedidas. Para que los talaveranos, por ejemplo, podamos ir a Albacete –casi 300 kilómetros- y no podamos acercarnos a Arenas de San Pedro, menos de 30 kilómetros.
Menos mal que ahora nuestros niños, con la reforma de la educación que están preparando de noche y en descampado para que no se los vea, van a ser ingenieros y doctores incluso sin saber leer, incluso sin necesidad de plagiar una tesis.
Quizá es que nuestro Presidente está muy cansado al no poder dormir sabiendo que finalmente Iglesias está en su gobierno. Tendrá que tomarse otras vacaciones, él y todos sus cercanos en Doñana, que, como es tan grande pueden respetar las distancias, incluso olvidarse de las molestas mascarillas… ¡qué país están haciendo!