Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


El próximo viaje

20/11/2020

Seguro que ustedes en alguna ocasión se han puesto a pensar en lo iban a hacer o bien cuando salieran de un mal paso o cuando les tocara la lotería. Pues como esto del Covid son las dos cosas, o sea salir del paso y que te toque la lotería de que o no te roce o de que te toque poco, la pedrea como mucho, ya lo tengo muy pensado. Me voy a echar a los caminos. Al viaje.
Lo llevaba tiempo rumiando y lo tenía ya claro pero la muerte de Javier Reverte, buen amigo y, en esto de las sendas, gran maestro me ha aumentado todavía más las ganas. Dos libros, de los muchos suyos en este territorio, me han quedado por leer, uno de ellos ya lo tenía señalado desde hace tiempo como destino, y hay que darles aire a ambas cosas.
Me han contado en la editorial, que es también la mía, que ha dejado tres más, uno de ellos fruto de su ultimo periplo, porque Javier viajo hasta el último día y con la misma ilusión y espíritu que el primero. Era su vida y lo mejor de ella. Además, enseñaba. A mí, sin ir más lejos, fue quien me “descubrió” el África negra. Me profetizó que me quedaría enganchado porque sentiría que algo al llegar me diría que había vuelto donde habíamos nacido. Tuvo toda la razón. La última vez que lo sentí y lo pensé fue el pasado año en Odulvai, en la Cuna de la Humanidad, donde siempre quise ir y ahora lo que quiero es poder volver algún día.
Pero iré por partes. Lo primero que tengo ya como meta y esperanza y que ha comenzado por una lista, son aquellos lugares que siento en lo más hondo que me faltan. Y los hay de muy diverso pelaje. Por ejemplo, de mi Guadalajara, a la que algo conozco, hay dos, que no pienso confesar cuales son pues me avergüenza, a los que no pienso demorarme ni un verbo. Pero luego están otros, más lejanos, más necesarios de preparación, pero a los que en cuanto pueda hinco el diente. Algunos con cierto apremio pues los años pasan y exigen aquello que nos va mermando. Están luego unos cuantos, un puñadito solo, que no será fácil ya el poder realizarlos pero que habrá que intentarlo y, por último, los que ni siquiera están en la lista porque son esos que surgen, que en ocasiones son los mejores, y que vienen de improviso y a los que hay que decir que sí siempre. Manu Leguineche siempre me recordaba que por un «ataque de responsabilidad» que según él me dio y no me bajé con él desde Buenos Aires a la Patagonia, uno de los lugares que me han atrapado, tardé luego en poder hacerlo la friolera de casi 20 años, y menos mal que apareció Miguel de la Quadra Salcedo y me llevo consigo.
Así que ya tengo propósito y cita para el Día D, o sea el día Después del maldito virus, pero no antes. Sólo cuando de veras se pueda andar un poco libremente, que eso sí que ansío recuperarlo, porque irte ahora a visitar yo que se, Praga, es como desperdiciarla, como no poder ni cogerla de la mano. O sea que ya sé lo que quiero y voy a hacer, pero no se cuándo, porque cuando toque y no antes es cuando querré hacerlo. No ahora. Porque eso me está pasando en muchas cosas. Hacerlas, así como enjaulado en uno mismo y maniatado, sin poder ni arrimarse es como esforzarse para un poquito menos que nada. Vamos que para eso soy de los que se quedan en casa y prefieren aguantar hasta que de verdad la cosa sea como ‘antes’. O por lo menos, un algo parecido.
Pero por lo pronto, ¡qué cosas! el solo hecho de haberme puesto a pensarlo me ha dado un pellizco de alegría. Que falta hace, porque esta atonía, esta especie de sargazo que nos tiene paralizados es lo que peor vamos llevando según transcurre el tiempo. Menos mal que dicen que ya viene la vacuna. Pues eso, cuando venga. Aunque hasta entonces mejor no hacer el tonto, por más que lleguen las Navidades y aunque esta ya parece próxima. Que me temo que aún habrá que esperar unos buenos cuantos meses. Pero mira que sería estúpido caer ante el bicho el último día, como aquel último soldado de la guerra antes de que se decretara el alto el fuego. Lo dicho, yo lo tengo claro, pero toca por el momento no hacer el memo porque a mí no me j.. el virus ese el próximo viaje.