Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Agricultura y alimentación sostenibles. Reto de la política de ciencia e innovación europea

18/06/2020

La política de ciencia e innovación de la UE ha evolucionado acomodándose a las circunstancias y a la progresiva integración europea. En su inicio, conforme con lo previsto en materia de investigación en el Tratado de Roma de 1957, tenía como objetivo la creación y financiación de centros europeos propios dedicados a la investigación en ámbitos que pudieran marcar su independencia de potencias hegemónicas como era EEUU. Más tarde, la Comunidad se fue decantando por fomentar que investigaran e innovaran las empresas, con ayuda financiera  a través de los Programas Marco y la acción europea Eureka. Los primeros Programas Marco se orientaron claramente a financiar acciones y proyectos que mejoraran la competitividad económica de la UE, por lo que el tipo de investigación que se priorizaba era la aplicada, apoyando a los grandes sectores de las nuevas tecnologías y las energías alternativas. Aunque, sin duda, los primeros programas de la política de ciencia e innovación europea se enfocaron hacia una investigación tecnológica-industrial, indirectamente también se preocuparon por asuntos relacionados con la calidad de vida de los europeos, el medio ambiente o las condiciones laborales, incluyendo con este fin a las PYMES en los proyectos y fortaleciendo redes de colaboración entre científicos.
La Estrategia de Lisboa llegó en el año 2000, revelando la necesidad ineludible de invertir en I+D para generar conocimiento con el que poder ser competitivos en el mundo, y en 2002 se instituyó el Espacio Europeo de Investigación. Los Programa Marco VI (2002-2006) y VII (2007-2013) buscaron resolver problemas sociales hasta llegar al actual VIII (2014-2020), conocido como Horizonte 2020, caracterizado por la investigación e innovación responsable (RRI) y marcado por el compromiso de los investigadores con la sociedad, al trabajar sobre las grandes cuestiones que afectan a los ciudadanos europeos. Seis áreas esenciales para una vida mejor: salud, alimentación y agricultura, energía, transporte, clima y recursos naturales, sociedades inclusivas y seguras que tendrán continuidad en  el próximo programa Horizonte Europa cuya financiación se ha ampliado, al igual que el fondo de desarrollo rural, con el Instrumento de Recuperación ‘Next Generation’ creado por la UE para la recuperación, no solo sanitaria, tras la pandemia de Covid-19.
La agricultura y la alimentación sostenibles, como el resto de las metas de Naciones Unidas para 2030, constituyen un verdadero reto para la ciencia y la innovación en la UE. Se necesita conocimiento e innovación para promover sistemas agrarios más productivos, más respetuosos con el medio ambiente, con capacidad de recuperación y más eficaces en el uso de los recursos. Ecosistemas rurales que proporcionen suficientes alimentos y materias primas, al tiempo que protegen el medio ambiente y frenan los efectos del cambio climático, contribuyendo a una vida próspera en el medio rural.
Los grupos operativos en Castilla-La Mancha apoyados por la PAC son parte de la  innovación necesaria para alcanzar ese reto social bajo los principios de la cultura científica. Combinan habilidades de distintos actores (agricultores, asesores, investigadores, empresas o academias) para trabajar proyectos, probar nuevas ideas, encontrar soluciones o desarrollar oportunidades concretas para la agricultura y la alimentación sostenible.