Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Cádiz

06/06/2019

Me confortaría saber que no soy la única que no consigue poner orden en su biblioteca. De vez en cuando, imaginar todos mis libros reunidos, colocados y organizados me embauca y me predispone a tan feliz propósito. Pero lo que empieza como una agradable tarea termina siendo un trabajo que bien expresa, por lo que me hace padecer, su deriva metonímica del tripalium
Cada libro merece su tiempo. Leo con curiosidad lo que anoté para recordar el motivo de su lectura, su relación con otros autores y otros textos. Busco estos y olvido el orden. Los hojeo y esos me llevan a otros que no se ahora, en este caos, en qué peldaño de la escalera he dejado o si están en la torre que se va formando contra la pared y que se tambalea amenazadoramente.  Después de varias tardes de escaso avance, me convenzo, porque es verdad que funciona, que cuando necesitas alguno sabes encontrarlo.
Esta vez he encallado con los Episodios Nacionales.  Los leí maravillada, casi en el colegio, en una preciosa edición de la biblioteca de mis padres. En cuanto tuve ocasión compré mis cuarenta y seis volúmenes, uno por novela episodio, que numerados en el lomo no precisarían de mayor orden. Sin embargo, creo que influida por el protagonismo diario, que todo lo ocupa, de los partidos políticos, me hizo abrir el titulado Cádiz. Recordaba como Galdos, a través de Gabriel de Araceli, nos cuenta con maestría como vivía la gente corriente el agitado ambiente político de la ciudad donde se reunieron las Cortes en 1812 para dar como fruto una constitución que rompería con el   absolutismo. Nos cuenta cómo los diputados, nobles y notables con recursos que no se debían a los electores ni a una estructura partidista, iban forjando posiciones sobre cómo entender la vida pública y se esbozaban los partidos políticos.
Recuerdo un trabajo sobre la evolución de los partidos de Katz y Mair y, naturalmente, me entretengo en buscar y releerlo. Consideran que los condicionantes sociales y políticos a lo largo de la historia influyen sobre el equilibrio de poder que en los partidos  tienen los afiliados, el órgano central y el partido en las instituciones. Reconocen los Partidos de Cuadros- propios de Cádiz. Partidos de Masas porque,  al implantarse el sufragio universal,  necesitan reforzar su estructura y organizar a sus militantes para difundir su ideología y conseguir sus fines políticos, desempeñando incluso labores sociales. Partidos Catch-all, propios de una sociedad heterogénea con ciudadanos poco comprometidos y beneficiados por el Estado de bienestar. Los partidos van perdiendo sus bases tradicionales y tienen que competir con otros partidos para captar electores sin afiliación política que votan conforme a su interés particular.
Hoy el más evidente es el Partido Cartel con supremacía del partido en las instituciones públicas. La ‘parlamentarización’ y ‘gubernamentalización’ implica, puesto que sobran recursos, no depender de los militantes y que la organización central se supedite a los líderes del parlamento y del gobierno.