Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


La calle de los archivos

05/06/2019

El 9 de junio se celebra el Día Internacional de los Archivos, una jornada que quiere concienciar a la ciudadanía de la importancia y del valor que para la misma tiene el patrimonio documental, a la vez que ofrece la oportunidad de acercarse a dicho patrimonio, en gran parte desconocido y poco apreciado. España es uno de los países con mayor riqueza archivística a nivel mundial, pero por desgracia, hasta fechas muy recientes, y lamentablemente aún en nuestros días, fuera de los expertos e investigadores, no ha sido suficientemente valorado. Por ello, desde hace unos años, y coincidiendo con esta jornada, se está haciendo un gran esfuerzo por difundir y dar a conocer este rico patrimonio.
Toledo puede presumir de tener un conjunto de archivos extraordinario, realmente único, y cuyo conocimiento se ha procurado divulgar, desde los mismos archivos, a través de la iniciativa ‘La calle de los archivos’, que ha permitido que muchos ciudadanos hayan descubierto algunos de los más importantes de nuestra ciudad, y que, al mismo tiempo, ha buscado poner en valor la concentración extraordinaria de archivos que se da en Toledo. Porque esa ‘calle de los archivos’, un eje que recorre la calle Trinidad y la de Hombre de Palo, alberga cuatro archivos riquísimos, tanto por la cantidad como por la calidad de sus fondos. En un espacio físico muy próximo nos encontramos con el Archivo Municipal, el Archivo Histórico Provincial, el Archivo Diocesano y el Archivo Capitular. A ellos hay que sumar el Archivo de la Diputación, el Archivo de la Nobleza y el Archivo de las Cortes de Castilla-La Mancha, que, aunque no están en la misma calle, se encuentran cercanos.
Pero no acaba aquí nuestra riqueza archivística. A estos hay que sumar los archivos parroquiales y los de los conventos y monasterios, en ocasiones muy antiguos. Otras instituciones poseen sus propios archivos y, sin duda, muchos particulares conservan en sus casas los archivos familiares.
Como ven, un patrimonio realmente impresionante. Si el pasado miércoles resaltaba la importancia y el olvido de nuestro conjunto urbano no monumental, hoy quiero invitar a que descubramos nuestros archivos, que los apreciemos y nos preocupemos por su conservación. Archivos que se han ido constituyendo con la documentación generada por instituciones y personas individuales a lo largo de siglos, y que ojalá nosotros sigamos acrecentando. En otros lugares es usual legar los archivos personales o familiares para que, con el paso del tiempo, puedan ser consultados, y sigan construyendo, con sus informaciones, nuestra historia colectiva. Es una forma sencilla y generosa de ayudar a la elaboración, por parte de los historiadores, de nuestra memoria como sociedad.
Los archivos son ese depósito de nuestras vivencias, el lugar donde germina, como vigorosa semilla, nuestra historia. Una sociedad que olvida sus raíces está condenada a vivir sin sentido. Apreciar, cuidar, conservar nuestros archivos es la mejor garantía de que esas raíces siguen vivas.