Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Robo y asesinato en Maqueda

29/04/2020

Finales de septiembre de 1918. Ha sido un año muy duro: malas cosechas, paro, hambrunas y para rematar la situación la epidemia de gripe. Menudean los robos en todos los pueblos, la gente se busca la vida a la desesperada. Seis vecinos de Quismondo: Manuel Bellido Mateos, Emeterio García Mora, Lucio Criado Recio, Elías Rodríguez Pérez, Julián Mateos Valverde y Ambrosio Rodríguez Pérez se acuadrillan para robar la lana que saben está almacenada en la labranza de Celso Cruz del Castillo en las afueras de Maqueda, en el camino de Hormigos. Un robo rápido, sencillo y limpio.
Llegan a la labranza a la una de la mañana, con cautela se cercioran de que no hay nadie dentro, trepan al tejado, levantan las tejas, abren un escalo, entran en la casa, localizan la lana, embutida y apilada en grandes sacas, que van sacando por el boquete, tirando al suelo y cargando en las caballerías que ocultan en un olivar cercano.
Están en esas cuando oyen los pasos de alguien que se dirige hacia el caserío. Es un criado de la hacienda, Eladio Collado Gómez, natural de La Mata, que vuelve de vigilar un sembrado de patatas en el que en las últimas noches ha había habido numerosos hurtos: la gente desentierra las patatas de la simiente para comer. Ambrosio carga la escopeta que lleva, espera que Eladio entre en el patio de la labranza y cuando pasa por el callejón de la presilla de la alberca le descerraja un tiro sin mediar palabra. Muere en el acto. Los asaltantes emprenden a toda prisa la fuga y por el camino se van deshaciendo de las sacas de lana arrojándola a los pozos que se encuentran. 
 A la mañana siguiente encuentran el cadáver del criado. El suceso conmociona a Maqueda y a toda la comarca. La Guardia Civil del cuartel de Santa Olalla, con el teniente Felipe Camuñas Leira a la cabeza, inicia una larga y minuciosa investigación, analizan todas las pistas que han dejado los saltantes, atan cabos e interrogan a  numerosos vecinos de los pueblos de los alrededores, que los lleva a detener el día 9 de noviembre a Manuel, Emeterio y Lucio, éste último, aunque natural de Quismondo, vive en el pueblo y es quien ha dado los pormenores para realizar el asalto, confiesan el delito y delatan a los demás colaboradores que han conseguido huir.