Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


El humanismo real (6)

05/04/2020

La pandemia que el  virus corona ha desencadenado, está produciendo unos efectos y consecuencias en la sociedad española totalmente impensables e increíbles. Algunos de tales efectos y consecuencias son tangibles y todos somos capaces de percibirlos. Pero otros se producen de manera inadvertida.
Ocurre así con el humanismo real. Si alguno pensara que el humanismo es algo teórico y académico, que es pura elucubración intelectual, que está constituido por valores e ideales que se declaran pero que no se aplican, si así se pensara, la pandemia que sufrimos ha hecho que, entre otros muchos efectos, se origine una manifestación práctica del humanismo, que podríamos llamar un humanismo real.
Así cuando los padres de familia, en confinamiento forzoso, se esfuerzan por organizar actividades dentro de las casas para que los hijos, especialmente los pequeños, puedan desarrollar la jornada de la mejor manera posible, eso es humanismo, porque es sentido de la familia.
Cuando el personal sanitario arriesga sus vidas por atender a los enfermos del coronavirus, eso es humanismo, porque ponen de manifiesto su condición profesional.
Cuando las cadenas de supermercados se esfuerzan por mantener el suministro de alimentos, y su personal sigue atendiendo a los consumidores, eso es humanismo, porque pone de manifiesto el cumplimiento del deber.
Cuando el Ejército español, tan ignorado y ocultado, cumple tareas de ayuda, de construcción de hospitales, y de protección, eso es humanismo, porque cumplen su compromiso con España.
Cuando las farmacias permanecen abiertas y su personal sigue dispensando medicamentos, eso es humanismo, porque manifiestan su generosa entrega.
Cuando tantas personas se ofrecen para ayudar a otras en las tareas más simples de la vida ordinaria, eso es solidaridad y sentido de la convivencia, por tanto, también es humanismo.
Cuando algunas cadenas de TV, las emisoras de radio y la prensa escrita se esfuerzan por seguir informando, eso es humanismo, porque es compromiso con la información veraz.
Cuando las más importante empresas de España se organizan para suplir al Estado, es humanismo, porque entienden lo que les corresponde de servicio esencial en la economía de mercado.
Cuando las cadenas de TV religiosas aumentan exponencialmente su audiencia, es humanismo, porque trasladan el sentido de la esperanza.
Y cuando recibimos cientos de bromas (pocas de mal gusto) sobre nuestra situación, es humanismo, porque revela el sentido del humor y de la ironía.
Sin embargo, intentar sacar ventaja ideológica de la pandemia, eso NO es humanismo, es demagogia.
Servirse de las medidas legales adoptadas ante la extraordinaria y urgente necesidad, para obtener mejora o posición personal, eso NO es humanismo, es abuso de poder.
Utilizar los medios de comunicación controlados por el Gobierno como instrumento de justificación personal y de partido y no de información veraz, eso NO es humanismo, es incompetencia.  
Así pues, el sentido de la familia, la competencia profesional, cumplimiento del deber, el compromiso con tu patria, la solidaridad, la información veraz, y el sentido de la esperanza y de la ironía, son valores del humanismo. Además, si todo ello se ofrece a Dios, dándole un sentido trascendente o espiritual al sufrimiento, a la enfermedad, o a la pérdida de seres queridos, entonces, no solo es humanismo real, es también humanismo cristiano.