Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Romper la baraja... un poquito

07/02/2023

Sanchistas y podemitas andan a tortas, han roto la baraja… pero solo un poquito. Tanto a Sánchez como a Irene Montero les interesa marcar distancias con la otra parte, pero con cuidado de que no se desmadre la cosa y acaben echando abajo el gobierno. De hecho, en Podemos afirman que todavía se puede negociar la ley que ha provocado la crisis, la del solo sí es sí, y en el PSOE aseguran que no quieren saber nada del PP y se volcarán en llegar a un acuerdo con su izquierda.

Uno y otro aguantan lo que haga falta con tal de seguir en el machito, pero con cuidado de moverse apenas de sus respectivas posiciones, porque en tiempos electorales se castiga a quien no defiende sus principios. Al mismo tiempo, deben justificar que siguen juntos sin que parezca que lo único que les une es el terror a la pérdida de poder, del despacho oficial, coche, seguridad, secretarias y docenas de asesores que suelen ser militantes de sus partidos.

La ley del solo sí es sí es una chapuza descomunal que ha tenido el efecto contrario al que buscaban Psoe y Podemos, pero solo los sanchistas han decidido asumir la marcha atrás porque en caso contrario la remontada es impensable si cada lunes y cada martes salen violadores a la calle o se rebajan penas de personajes con delitos de la peor especie, los relacionados con las agresiones sexuales. Montero sin embargo no renuncia a su posición y lleva días presumiendo de que no va a dar ni un paso atrás si para reformar la ley, su ley, la ley que considera el no va más de su trayectoria como ministra, no se respeta el consentimiento tal como ella lo entiende.

El texto que ha registrado Patxi López en el Congreso para tramitar en modo urgencia, no recoge la fórmula de consentimiento que defiende Montero, así que habrá que ver cómo resuelven el desencuentro actual, pero la cosa está que arde.

Arde porque las luchas de egos siempre son turbulentas, y en esta polémica hay varios personajes de una soberbia insuperable. Y arde porque Pedro Sánchez no puede permitirse el lujo de perder una votación que provoca tanta polémica política y social, ni tampoco puede permitirse mirar hacia un PP dispuesto a votar la reforma si se asumen los puntos principales de la ley anterior que laminó este gobierno con el resultado -pésimo- por todos conocido. Pero tampoco puede permitirse Pedro Sánchez que una Irene Montero que le busca las vueltas se apunte el éxito de obligarle a hincar la rodilla y que asuma artículos de la ley que para Irene Montero son inamovibles. Aunque, como se ha visto en los últimos meses, es una ley que favorece a los delincuentes y dejan en situación de indefensión a sus víctimas.

La lucha Sánchez-Montero es a muerte. Muerte política.