Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Suerte, inteligencia, valor y audacia

17/11/2019

Voté convencido de que la mejor opción para desbloquear la situación política era una salida desde la izquierda. Quedé consternado porque los resultados, amén del vertiginoso aumento de la ultraderecha, no respondían a lo que había deseado. Como sobre el PSOE recaía de nuevo la responsabilidad de intentar formar gobierno, desee suerte, inteligencia y valor a algunos amigos socialistas. Tras conocer el acuerdo suscrito entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sentando las bases para conformar una coalición gubernamental, pensé que a aquellas intenciones debía haber añadido otra más, audacia.
En su ‘Tratado de las pasiones del alma’, Descartes escribió que la audacia era una especie de valentía que nos dispone para ejecutar las cosas más peligrosas. Frente a quienes piensan que el abrazo entre los líderes del PSOE y Unidas Podemos abre las puertas del averno, conduciéndonos al más apocalíptico escenario posible, creo que, aunque a algunos cueste reconocerlo, estamos ante una gran oportunidad respaldada por diez millones de electores. Es cierto, y ha sido reproche recurrente entre quienes se han abstenido o han acudido a las urnas cargados de resignación, que no es fácil comprender por qué lo que ayer eran hieles hoy son mieles. Esa mácula será, sin duda, pecado original de la futura coalición de gobierno, pero ya se ha trazado una esperanzadora hoja de ruta que puede contribuir a vigorizar políticas públicas progresistas en educación, sanidad, dependencia, vivienda, pensiones, justicia fiscal, igualdad, cambio climático o fortalecimiento de las pymes.
Pedía Kavafis que cuando emprendiésemos el viaje a Itaca, el tránsito nos fuese largo, duradero, lleno de aventuras, experiencias y disfrutando, con placer y alegría, en cuantos puertos nunca vistos arribásemos, sin temer a los monstruos que nos salieran al paso. La firma materializada el martes es el primer paso de un camino que ha de hacerse al andar. Puesto el tren sobre las vías, ahora hay que arrancarlo y sortear a cuantos disfrutarían viéndolo descarrilar. Así es que, para quienes están trabajando en ahormar y dar viabilidad a este anhelado pacto, si de aquí a unas semanas no queremos lamentarnos de lo poco que dura la alegría en casa del pobre, como tanto gustaba decir Cayo Lara, reitero: suerte, inteligencia, valor y audacia.