Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Movilidad ciudadana

28/09/2019

No me canso de explicar, en demasiadas ocasiones, que el transporte  urbano tiene que existir para facilitar la movilidad ciudadana en su lugar habitual de residencia. Pero esta idea general, en Toledo, no es que tenga muchas aristas, sino que los planificadores actuales y predecesores convirtieron la ciudad en una maraña de trampas.
Los parking disuasorios existentes no dan cabida a la demanda actual de espacios para vehículos. Y ya no me quiero referir a la inexistencia de lugares de aparcamiento en los barrios modernos del tipo de La Legua, Valparaíso, etc. Calles enteras de línea amarilla y constante trasiego de multas por mal aparcamiento en la puerta de tu casa.
No es normal que los buses, por mucha obra escurialense que se haga, den un servicio tan insano, tan deficiente y menos competitivo. Los vehículos están anticuados, incluso los recién estrenados son de modelos viejos dentro de su gama. Usen el de la línea 1 de las 8.30, es un destartalaje de bus con goteras sobre los asientos, aunque no llueva. 
Las famosas lanzaderas que conectaban Zocodover con Gerardo Lobo tardan más que una escalada al Everest. La llegada a Zocodover, con toda la oferta cultural de las últimas semanas, ha sido más que una Odisea de Homero. 
Un ejemplo: tardar 40 minutos desde la calle Banderas de Castilla hasta Gerardo Lobo por visitar el Virgen de la Salud y algún comercio local de cercanía, para luego tomar una lanzadera que tarde 15 minutos con transbordo incluido, supone invertir media mañana sólo en transporte de ida y vuelta, 2 horas en total. Todo ello con suerte de que el chófer no marche despavorido al ver llegar usuarios, y los tiempos muertos esperando otra frecuencia se dupliquen. 
Otro ejemplo, las conexiones Santa María de Benquerencia con el resto del mundo, y en su propio mundo por ser el barrio más grande y amplio de la ciudad, son un misterio cuántico aún.
El transporte urbano tiene que ser fácil,  cómodo y rápido. Para incentivarlo, tiene que dar buen servicio a los residentes y lo aprovechen los turistas que nos visitan. No es intuitivo, no es barato y tampoco facilita la interconexión en la ciudad. Seguiremos queriendo llevar el coche hasta la puertecita de nuestro destino, es la única solución real.