Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


King friendly

30/09/2020

En los últimos días la tensión política ha atacado, directamente, a la Jefatura del Estado en el Reino de España. Su majestad, Felipe VI ha sido ultrajado por un gobierno que está socavando las instituciones, medrando el modelo constitucional, menospreciando el mayor período pacifico que se ha vivido en este territorio.
No hay peor escenario que el actual, bueno sí, en abril veremos cómo podemos ir a peor. Con un gobierno revolucionario, negativo en hechos y maligno en formas, nos encaminamos a afrontar el horizonte más oscuro de nuestro país en décadas, y para cabalgar sus contrariedades, lo esconden tras la cortina de humo del enfrentamiento de clases.
Las perjudiciales decisiones del gobierno, a toro pasado, sin mojarse ni querer afrontar sus propias responsabilidades, están llevando al ocaso al sistema económico nacional. La masa del pequeño empresariado está en caída libre, y con poca visión de pronta recuperación. La gran empresa está descapitalizándose, luchando contra el voraz mercado y la jauría mediática achuchada por los antisistema.
Aprovechando la pandemia nos quieren cambiar el modelo, por la cara. Aluden que el modelo constitucional se votó hace 40 años, y como en los chanchullos de colegio, se quiere cambiar el sentido de ese milagro denominado Transición, y hasta que no gane su modelo el resto de resultados no valen.
Yo no quiero volver a votar el modelo democrático que vivimos, me parece ridículo querer enmendar la plana al acuerdo del 78, estoy orgulloso de él. Seguro que se podría ser más firme en la lucha contra la corrupción y nuestro sistema judicial se encargará de mantener alerta el sistema.
Su gobierno trae miseria, desamparo y un futuro pernicioso, a la par que nos empujan a la intranscendencia a nivel internacional.
El Rey de España, el emérito en su momento, y Felipe VI en la actualidad, han sido, son y serán árbitros que velen por el equilibrio de las instituciones con el escenario constitucional que, con altura de miras, visión de futuro y superación de diferencias pasadas, nos regalaron los padres de la Carta Magna.
Hace meses escribí un Viva el Rey de España en otra columna, hoy todas las redes sociales son un clamor en favor de Su Majestad, por lo que, sólo grito ¡viva la democracia! ¡viva la paz!