Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Está tó pagao

26/02/2021

Los que no somos de alternar mucho, nos cuesta encontrar a alguien con quien compartir una cerveza. La verdad es que tampoco lo echas de menos. Como en casa, no se está en ningún sitio, y, si llega una pandemia que te obliga al recogimiento, estás acostumbrado. Eso es un consuelo. Aun así, a los que nos supone un esfuerzo enorme entrar a los bares, siempre nos ha comido la curiosidad. ¿Cómo tiene que ser eso de cerrar un garito después de beberte el Nilo? Ahora no tiene excesivo mérito. A las diez, todavía casi no han salido los Lunnis -antes Casimiro-. Además, tampoco puedes utilizar la barra, que es donde se lanzan los mayores órdagos de la vida: ¿A qué no hay? Por eso, vayamos con otro reto.
Puestos a pegar ese puñetazo sobre la mesa, para salir de la vida monacal -como es mi caso-, nada mejor que hacerlo a lo grande. Aunque podríamos ser capaces de reunir el millón de amigos que quería tener el cantautor brasileño Roberto Carlos, vamos a conformarnos con 500. O mejor, 499. Ponte a buscarlos. Si encuentras algún familiar también cuenta. Cuando los hayas juntado, te vas a tu local de confianza. Aunque no salgas mucho -como es mi caso-, seguro que tienes algún bar de referencia. Llegado a este punto, escucharás la voz del enterado; entre 499, hay probabilidades de que se reivindique más de un sabiondo. «Estamos infringiendo la ley». Ahí es cuando tú has de sacar pecho palomo y contestar: «Solo están prohibidas las reuniones de más de 500 asistentes».  
Pongamos el 8 de marzo para conseguir ese reto. Ese día está tó pagao y la ministra de Igualdad quiere que nos echemos a la calle. El delegado del Gobierno ya ha dicho que permitirá las manifestaciones de menos de 500 y ahí se enmarcan las fiestas convocadas para dejar atrás la vida de monje cartujo. Fernando Simón recalca que «depende de cómo se relacionen esas personas». Traducido: nada de sexo entre desconocidos. Es conveniente dejar el amor a primera vista para otro momento. Este Simón es un lince y sigue riéndose hasta de su sombra.
Falta una semana para el Día de la Mujer y a la espera de comprobar cómo se resuelve, el simple hecho de que se planteen manifestaciones es una prueba más del disparate en el que nos han sumido. Para minimizar la fechoría, ya han dicho que en ningún caso será como el año pasado. ¡Solo faltaba! Entonces, Italia había impuesto el confinamiento en varias regiones y las alertas se multiplicaban. Aquí se prefirió dejar cualquier medida para después del 8M. Un estudio reciente de la universidad Rovira i Virgili, en colaboración con el departamento de Física de la Universidad de Zaragoza, ha concluido que, si el confinamiento domiciliario de la primera ola de la pandemia se hubiera adelantado siete días, se habrían salvado 20.000 vidas.
No puedes reunirte con tus padres, a los que hace meses que no has visto porque vives en distinta comunidad autónoma. No has podido acudir al funeral de un familiar, al que apenas han podido despedir un puñado de personas. En cambio, si de lo que se trata es de reivindicar el feminismo, hasta 500 hay barra libre. No es más que la enésima prueba de que estamos ante un Gobierno capaz de tropezar con la misma piedra conscientemente. Aprovecha su debilidad. Convoca sin cortarte y prueba con el reto. A ver si tienes tanta suerte como Montero y su actitud temeraria.