Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Reflexionando el turismo

27/01/2021

Hace un año presentaba ante una audiencia muy ducha que, el turismo, según lo conocíamos, tenía que ser reflexionado y pensado de tal modo que pudiéramos corregir lo erróneo por lo sostenible y beneficioso.
Hice un repaso de los impactos negativos y positivos que esta importante industria tiene para la sociedad toledana, pero claro, también conlleva una serie de responsabilidades que han de ser asumidas en una toma de decisiones.
Las responsabilidades, dicho a groso modo, se le enfocaban al que menos peso tenía en las corporaciones municipales, incluyendo las menores partidas presupuestarias para ahondar en el error.
Reclamaba allá por finales del 2019 que la solución a los problemas del turismo no la traían las tasas turísticas, y en la actualidad, si el presupuesto dependiera de los ingresos por pernoctaciones imaginen donde estarían. El resultado del 2020 ha sido una caída del 73% en las pernoctaciones, un problema económico gigante tasado en 200 mil millones de euros en toda España.
Y en estos meses de pandemia, ¿qué han planteado para solventar la pérdida? ¿Qué soluciones han presentado para paliar el desastre? Mucho cartel pero poco postín.
Ingresos cero, clientes a cero, movilidad a cero; pero impuestos como si no pasara nada. Trabajo cero, planificación cero y acciones cero: pero exigencias con las cotizaciones como si no hubiera un mañana.
Está claro que, aunque no sea de manera inmediata, el turismo volverá, sí, volverá. Pero en este impasse nos hace falta reflexionar y corregir lo que en el comienzo decía, repensar el turismo, cambiar y mejorar lo que teníamos.
La calidad no llega como llovido del cielo, ni nos cae por verbigracia de un simple certificado o auditoría, requiere esfuerzo, trabajo, tesón y compromiso para fidelizar mercados, atraer clientes y mejorar nuestra imagen percibida.
Hagámonos un favor en el desarrollo de nuevas estrategias, empezando por el turismo de cercanía. Acerquemos nuestros monumentos y paisajes a los que viven cerca de ellos, para que los aprecien más y valoren en su justa medida aquello que hemos de conservar y merece ser mostrado a los de fuera.
Es necesario pensar nuestra ciudad y en ella cabe el turismo sostenible, inteligente y de calidad. Quitemos la careta al intrusismo, al cutre y lo que no vale, que venga un turismo responsable.