Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


La hora de las regiones y de Feijóo

12/08/2022

La política española es como un combarte de esgrima, raras veces se desarrolla con florete, lo habitual es que se busque la estocada que acabe con el adversario, lo que casi nunca se consigue, y lo normal es que los tiradores utilicen el sable y se dediquen a dar mandobles. Como el debate político carece de esgrimistas finos se imponen los argumentos gruesos, los de carril, los lugares comunes sobre quién arrima más el hombro, sobre el despilfarro de La Moncloa, sobre quien manda en los partidos y quién está más dividido si el Gobierno o el PP, o sobre quién va a ser más insumiso a las medidas del Gobierno.   

El Gobierno ha situado ya la pelota en el terreno de las comunidades autónomas, que si bien no han sido invitadas –dicen ellas- al aperitivo del real decreto sobre el ahorro energético, ahora sí que tendrán que mostrar sus cartas y realizar aportaciones para el plan de contingencia que tiene que presentar el Ejecutivo en Bruselas el próximo mes de septiembre. Como apenas han pasado unos días desde la reunión del Consejo Interterritorial de Energía celebrado el pasado lunes, aún es pronto para saber cuáles serán las medidas que propongan cada una de ellas, aunque puede darse el caso, como también es habitual, que las comunidades autónomas del PP renuncien a hacer aportaciones particulares y se presenten como un bloque, lo que debilitaría una parte de las críticas realizadas hasta ahora en el sentido de que no se puede tratar igual circunstancias y situaciones diferentes. Y a ver cómo van a convencer a los que animan a rebelarse contra lo poco, cuando tengan que cumplir con lo mucho que ellos mismos propongan. Si el Gobierno los escucha, claro.   

Con los ecos sobre la intensidad de la luz y de la temperatura en proceso de asimilación y vigilancia controlada, la otra parte del combate con sable se ha derivado hacia quien dirige al Partido Popular tras la entrada en escena, con un ataque furibundo, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha desmontado parte de la estrategia de moderación que había impuesto el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que está desaparecido, salvo en Twitter para pedir rebaja de impuestos, dejando a los segundos espadas de su dirección el contraataque contra el Gobierno, aunque a veces lo han hecho con más voluntad que acierto por el punto de exageración en sus críticas. Feijóo ha quedado al descubierto porque había propuesto unas medidas muy similares a las que ha adoptado el Gobierno. Ayuso ha marcado el terreno de juego a la primera oportunidad, el PP, por acción u omisión, no ha contrapuesto otro mensaje y la presidenta madrileña sale como vencedora ante su jefe de filas al que le ha rebajado el discurso moderado y ha apagado su voz.  

Que la ministra de Justicia, Pilar LLop, saque a colación la defenestración de Pablo Casado por su enfrentamiento con Ayuso, tampoco es una estocada muy fina cuando dibuja a Feijóo rehuyendo ese enfrentamiento, quién está solo pendiente de que cada uno de sus barones consiga el mayor número de votos posibles para llevarle a La Moncloa.  Pero sí, se echa de menos una mayor presencia del presidente popular pese a las vacaciones estivales, para ponerse al frente de su dirección y marcar el camino porque, con florete, ya le han dicho que su posición va en contra de las directrices de los principales líderes europeos que son de su cuerda política y que demandan solidaridad.