Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Los asesores de los políticos

16/02/2021

Hasta la llegada de la pandemia, el común de los mortales pensaba que los asesores de los políticos, y especialmente de los gobiernos, eran una recua prescindible de enchufados. A medida que han pasado los años la gente ha evolucionado descubriendo, de manera brutal tras los efectos de la covid, que no es factible que nuestros legítimos representantes democráticos puedan saber de todo, y menos de cuestiones especializadas relativas a la salud, la biología o la asistencia sociosanitaria.
Las tornas han cambiado, por fortuna, para que todo el mundo comprenda que nuestros gobernantes, o en general la clase política, no está en condiciones de especializarse, y no es factible, entre otras cosas porque no podemos pagarles bien, que terminemos votando a los mejores en cada campo.
Solo excepcionalmente se puede encontrar una mirla o mirlo blanco que reúna la posibilidad mental de ser buen político y buen técnico, pero rara vez sucede, y tan solo se limita a un campo muy determinado (lo que tampoco, dicho sea de paso, garantiza el éxito y sí la soberbia: véase lo sucedido con muchos preparadísimos ministros de UCD, que se le pegaban igual que los que ahora nada saben).
La cosa podría ser más sencilla si al político, simplemente se le pide sentido común y responsabilidad; y al técnico que conozca de lo que habla, desde una posición consolidada y reconocida profesionalmente en su campo. La elección de ese tipo de políticos corresponde a los votantes (si eligen por los criterios viscerales y exotéricos de costumbre, tendremos mala suerte en el arreglo), y tras ello, los elegidos, al designar los asesores, deberían de emplear el mismo dinero que destinan a diez amiguetes para pagar bien a uno solo que sepa (y que sabiendo, le diga la verdad).
En la asesoría, como en la política, el problema es también de calidad, no de cantidad. Políticos y asesores: pocos, y bien valorados. Los primeros con apertura de miras y sin sectarismo, y los segundos especializados y reconocidos. Téngase en cuenta que, en caso contrario, el de hoy, el predominante de los asesores políticos actuales nombrados por cercanía al poder, los elegidos pueden tomar vida propia y transformarse en un político más, que encima, al ir dándoselas de técnico, puede enchufarse con varios partidos y gobiernos ¿recordamos que a Fernando Simón lo puso la ministra de Sanidad del PP Ana Mato?