Francisco García Marquina

EN VERSO LIBRE

Francisco García Marquina


El sexo electivo

12/07/2021

La reproducción de la especie humana es sexual, mediante un dimorfismo entre varón y mujer debido a la genética diferencial de los cromosomas XX y el XY, presentes en todas las células de su organismo, que ocasionan distintas secreciones hormonales y diferentes estructuras anatómicas y fisiológicas entre ellos.
En el proceso de superar los dictados naturales se ha llegado a intentar que el sexo sea también electivo y hoy se ha hecho en atención a las personas en las que no concuerda su anatomía con sus caracteres de género. Cuerpos de varón donde habitaba una mujer, e inversamente. Para ello se ha inventado la ideología transgénero, por la que contra natura toda persona podrá constituirse como hombre o mujer en función de sus sentimientos y voluntad coyuntural. Yo creo que un XY trans será siempre un varón que sienta y vista y actúe como mujer, pero nunca una mujer XX. Que una niña juegue al fútbol no la convierte en un niño.
Aunque esta ‘disforia’ sea una rareza del 0’02% de la sociedad, hay que atender este cuadro de disfunción no patológica, pero no es admisible valorarla como la norma o incluso como el canon o, por el contrario, como una discapacidad. En este caso la sociedad tendría que arbitrar normas de protección injustas como la que se lee en el borrador de Irene Montero de «incentivos para la contratación de personas trans desempleadas». Algo que ya sucede en la Diputación de Huesca que en la oposición a funcionarios tiene una plaza reservada para transexuales.
Es justo reconocer las identidades singulares admitiendo que no son enfermedades y no son susceptibles de calificación moral y menos de responsabilidad penal. Pero ya es bastante logro, dada la debilidad de la propuesta de Ley y sus varias incongruencias y problemas.
El primero es la libre autodeterminación de género sin requisito previo. «Cualquier hombre, sin ningún tipo de cambio físico, sin necesidad de cambiar de nombre y sin ningún tipo de informe médico puede ir al registro y decir que se siente una mujer».
El segundo problema es que un menor puede solicitar la rectificación de la mención registral del sexo, a una edad tan complicada como es la adolescencia.
Si la mujer disfrutaba de unos cupos y espacios protegidos, los nuevos trans los van a invadir, pues cualquier hombre que se autodetermine mujer podrá participar ventajosamente en competiciones femeninas y si fuere violador o maltratador puede entrar en una prisión de mujeres.
Planificar socialmente las opciones personales nos afecta a todos. ¿No es dictatorial  y ofensivo borrar la palabra mujer o la palabra madre e inventar la idiotez del ‘todes’? Veremos implantar un pene a cargo de la seguridad social mientras los demás tenemos que pagarnos los dientes o las gafas. Una cosa es despenalizar y proteger a las minorías y otra hacer bandera de lo distinto con ánimo de lucro político, montando la dictadura de una ideología. Y Montero se va a quedar cesante, pues ¿para qué un Ministerio de Igualdad si cada uno puede ser lo que le dé la gana?