Homenajear a Alberto Sánchez es una alegría. En la cámara bufa del Convento de las Concepcionistas de Toledo la asociación ‘A Hueso’ ha inaugurado la exposición ‘… A una estrella’. Es continuación de un proyecto iniciado en 2017 por Descrito Ediciones con el libro ‘El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella’, en el que más de cuarenta creadores conmemorábamos el aniversario de esta emblemática obra del escultor toledano, singular tótem inhiesto ante el pabellón de España en la Exposición Universal de París de 1937. La muestra, selección de textos e ilustraciones recogidos en esa publicación, invita a no olvidarnos de este artista tan imprescindible, con quien la cultura oficial toledana no está portándose como debiera. ¿Volverán algún día a exponerse al público sus piezas custodiadas por el Museo de Santa Cruz o seguirá hurtándosenos tal deleite?
Mañana se inaugura en Talavera de la Reina el Congreso Plural ‘80 años después’, organizado por la Asociación ‘Manuel Azaña’ en colaboración con el Centro Asociado de la UNED dentro de las conmemoraciones del aniversario del exilio republicano. En una de sus actividades, la exposición ‘Don Quijote en el exilio’, Alberto también está presente.
Aquella masiva diáspora tras la guerra civil privó a España de una singular nómina de intelectuales, profesionales liberales y trabajadores progresistas que contribuyeron al desarrollo cultural, económico, social y científico de los países donde fueron acogidos. La  partida de unos doscientos mil compatriotas, muchos de ellos toledanos, sumergió a nuestro país en un páramo del que costó tiempo salir. Como bien ha comentado Enrique Martínez de la Casa, director de la UNED en Talavera al presentar este evento, con ellos marchó también la participación democrática, el voto femenino, el divorcio, la enseñanza pública, la investigación científica, el periodismo, la libertad y la decencia. En la lejanía, nuestros exiliados mantuvieron la esperanza de regresar a una España libre y democrática, anhelo que una mayoría no pudo cumplir, pero sí sus hijos y nietos. Hablar de ellos es un acto más de justicia y obligada reparación de la memoria histórica. Como también lo es visitar esta nueva exposición dedicada a Alberto y recordar que él fue otro de cuantos por motivos políticos murieron lejos de Toledo.