Esta semana se conocían las previsiones realizadas por la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), que dirige Carlos Ocaña, que fue secretario de Estado de Hacienda, y que daban a Castilla-La Mancha una caída del PIB del 7,5% para este 2020. No es una caída suave, para nada, pero es verdad que la región está en el grupo de las comunidades menos castigadas por la pandemia de la Covid-19, si tenemos en cuenta que la media nacional se estima en una caída del 12%, y con comunidades liderando ese desplome como Baleares con un 22%, o Canarias, con una caída del 17,9%.
Funcas explica esta gran disparidad de la afectación de la crisis entre las comunidades autónomas por la diferencia de pesos y estructura de sus economías. Así, Canarias y Baleares, con una extraordinaria dependencia del turismo, y sobre todo del internacional, serán las que más sufran esta recesión.
En el grupo intermedio encontramos las regiones que tienen una economía más diversificada, sectores más dinámicos, como el industrial, que se adaptan o buscan otros mercados. Son las regiones que, aún padeciendo los efectos de la crisis, se sitúan en la media o en torno a la media nacional de caídas.
En el tercer grupo está Castilla-La Mancha, junto a Murcia o Extremadura, con un peso muy alto de sectores primarios, como el agrario, que son los que mejor han funcionado durante la pandemia, también del sector de la Administración Pública, y una menor dependencia del turismo o los servicios. Sectores «inmunes» los llamó Funcas.
Pero como toda moneda tiene su cruz, y es que cuando toque volver a recuperarse, el crecimiento será igualmente menos intenso en nuestra comunidad de lo que lo será en otras más afectadas. Imaginen una cama elástica: si al saltar hunden la cama un palmo, apenas rebotarán. Si la hunden tres palmos, el rebote será ya notable. Pues eso también nos va a pasar a nosotros. Que el PIB «solo» caerá un 7,5%, pero en 2021 se espera un crecimiento del 5,7. ¿Qué ocurre con las que se han hundido más en la colchoneta? Que Baleares prevé un crecimiento del PIB del 11,7% y Canarias del 9,9%.
Como ven, todo muy cuantitativo. Pero en estas previsiones jugarán un papel muy importante los fondos europeos de reconstrucción, que los gobiernos esperan como el maná caído del cielo. Unos fondos que debemos aprovechar para hacer nuestra economía más resiliente. También más diversificada. No porque seamos una región eminentemente agrícola o ganadera, porque podemos decir con orgullo que el sector agroalimentario nos ha sacado de esta. Sino porque podemos mejorar muchos aspectos cualitativos de nuestra economía si colocamos más esfuerzos en la transformación digital de nuestros principales sectores y recursos. Si trabajamos en esa economía circular y sostenible. Si ahondamos en la cualificación y capacitación de los trabajadores. Incluso en modernizar esos destinos turísticos para poner en valor toda la historia que tenemos que contar a nuestros visitantes. Funcas nos ofreció unas previsiones cuantitativas. Si no podemos optar al rebote cuantitativo, hagamos que el rebote sea cualitativo.