En tiempos donde prima la urgencia, el aquí y el ahora, la inmediatez en todo lo que nos rodea y las prisas porque todo ocurra ipso facto, es complicado el término paciencia.

La primera acepción de la RAE (Real Academia Española) para este término, del latín 'patientia', dice que es la "capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse". Y es por este significado por lo que hoy traigo este término tan necesario para el éxito, pero a la vez enfrentando con el mundo del fútbol.

En primer lugar, si nos centramos en la 'capacidad de padecer', estoy seguro que la afición del CD Toledo lleva mucho tiempo padeciendo esta situación que para nada merece, y es por eso que la paciencia está agotada. Pero es ahora cuando de verdad el equipo, el cuerpo técnico y la propiedad necesitan de ese apoyo incondicional que, temporada tras temporada, siempre ha estado ahí.

En segundo lugar, 'soportar algo sin alterarse' se torna casi imposible tras la última década de ascensos y descensos, idas y venidas de propietarios, flirteos con la desaparición… pero ante las adversidades es cuando siempre, en el Salto del Caballo, la increíble atmósfera que allí se genera, sí que se ha alterado para ayudar al equipo a cumplir sus objetivos.

Como seres humanos, a veces nos cuesta ver las cosas buenas que están pasando alrededor del CD Toledo, y solo nos quedamos con lo malo. Pero son esas cosas buenas las que, a pesar de los constantes contratiempos, tienen que darnos fuerza y fe para tener paciencia.

Paciencia para las restantes 13 jornadas y 39 puntos. Es imprescindible que la afición y el equipo vayan a una para sacar, partido a partido, la mayoría de puntos posible y superar golaverajes con rivales directos.

Ojalá se logre sumar coherencia y paciencia, para que el resultado sea primero la permanencia, y después… después la paciencia.