La extrema izquierda no cree en La Constitución, y Podemos, horadamente lo ha dicho con claridad y precisión: no creemos en La Constitución, creemos en una república popular gobernada por el proletariado. Y así persiguen su modelo político, Cuba, Venezuela, Irán y Corea del Norte. Honradez no les falta, lo que les falta es sensatez, sentido común.
Después de haber hechos pruebas en el laboratorio político del mundo con la Unión Soviética y con la China comunista, lo que tendrían que haber reconocido es que su norte ha sido un desastre más que norte ha sido agujero negro de la humanidad. A parte de costar 60 millones de muertos con el estalinismo y haber fracasado en las políticas sociales y en el desarrollo económico, los dos Estados, vuelvo a repetir, la Unión Soviética y China, han tenido que dar un giro de 180 grados y se han hecho capitalistas. La prueba es que la gente que huye no va del capitalismo al comunismo. El telón de acero estaba destinado a impedir que la gente huyera de los países comunistas porque además de su fracaso social, económico y humano, para mantener el sistema, había que torturar en los gulag, aniquilar al adversario y poner a los presidentes de las comunidades de propietarios de espías para denunciar a quien tuviera ‘dudas’, de aquel Estado del ‘bienestar’, que en realidad era Estado del malestar. Nadie huía del capitalismo para irse a los países del fracaso.
Eso lo saben ellos, y aunque fueran honrados con decir lo que querían, no han sido tanto en cuanto lo que quieren es mandar a base de engañar a la peña, con los perroflautas, los chiringuitos en la Puerta del Sol y demás gilipolleces. La extrema derecha no existe todavía, porque VOX, aunque tenga sus cosas, cree en la Constitución. Cuando aparezca un partido verdaderamente fascista o nazi que se quiera cargar nuestra Constitución, que si seguimos así seguro que terminará creándose, estaremos hablando de la extrema derecha. Pero la extrema izquierda, como Podemos, tiene gente más a la izquierda todavía: nos referimos a los de Bildu y gentuza por el estilo, que son no ya solo sus aliados naturales, sino que tiran política y filosóficamente todavía más a la izquierda de los cerebritos de Podemos, haciendo homenajes no a los asesinos anónimos, policías como la SB Polaco y la Securitate Rumana, que a fin de cuentas eran profesionales, como lo serían las SS Nazis, sino a asesinos personalizados que habían apretado el gatillo como en el caso de Miguel Ángel Blanco o Fernando Mugica, uno del PP y otro del PSOE. Son la extrema de la extrema izquierda. Hacen homenajes a personajes que si hubieran sido juzgados en Núremberg hubieran sido ahorcados directamente. De ahí salió la idea de crear el Tribunal de los crímenes contra la humanidad que tanto porompompero le dio el insigne juez Garzón hoy pasado al lado oscuro. Total, que Feliz Navidad.