José Luis Arroyo

Rayadas Millennials

José Luis Arroyo


Derechos con amenazas

28/06/2022

Existe un falso imaginario común por el que se considera que las libertades y los derechos conseguidos en los últimos años, como consecuencia del activismo político y social, son irreversibles, se han conseguido para nuestro uso y disfrute y tienen carácter perpetuo. No obstante, la sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos relativa al derecho al aborto nos muestra que hay un horizonte de serias amenazas, que implican que, derechos tan elementales como el decidir cuándo gestar o en qué circunstancias hacerlo o no, quedan al arbitrio del más rancio fundamentalismo en sociedades que, hasta ahora, concebían el pluralismo ideológico como base de su convivencia.
Hoy, 28 de junio, Día Internacional de los Derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, lamentamos, una vez más, una nueva matanza; ahora en Oslo, lugar donde parecían incuestionables los avances en materia de identidad y diversidad sexual, en contraposición de aquellos países –uno de cada tres– que siguen penando la homosexualidad, en muchas ocasiones hasta con la muerte. Al mismo tiempo, en nuestro país, no somos ajenos al avance en determinados ámbitos de los discursos de odio, que impiden que todavía muchas personas puedan acudir a la escuela y al trabajo libres de armarios e incluso puedan vivir en el seno de sus propias familias sin miedos y ejerciendo, para que no quede en papel mojado nuestra Constitución, sus derechos al libre desarrollo de la personalidad y a la igualdad real.
Como todos los años, es casi obligado interpelarse por el porqué de participar en los actos reivindicativos y preguntarse si llegará el día en el que estos no sean necesarios. A este respecto, en sociedades que como consecuencia de la digitalización y las redes sociales el anonimato ha dejado de ser una opción, es importantísimo, como ha sido siempre, que se sigan produciendo declaraciones y posicionamientos en defensa del respeto y la diversidad desde las instituciones, como en estos días se están produciendo en las de Castilla-La Mancha y en los distintos municipios de nuestra provincia, por supuesto Toledo y Talavera donde, la labor de asociaciones apegadas al terreno, como Bolo Bolo y LGTBora, sigue siendo imprescindible.
Además, resulta muy llamativo y nos debería de alarmar que, a poco más de treinta kilómetros de la sede de nuestras instituciones autonómicas, se estén armando discursos más propios de la órbita intelectual de los países del Este de Europa, como los mantenidos estos días por José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso que reos de los discursos de la extrema derecha y con gran pobreza intelectual, a la hora de explicar los verdaderos motivos, han intentado confrontar la bandera de todos los españoles con la Bandera Arco Iris para impedir que esta última ondee en las instituciones, sumándose a una reivindicación en defensa de los Derechos Humanos, que trasciende nuestras fronteras.
Por último, quiero poner en valor el papel que ha adquirido España en las últimas décadas como actor internacional determinante para la extensión del respeto a los derechos humanos en la esfera internacional, gracias al trabajo de una sociedad civil fuerte que representan organizaciones como la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales (FELGTB) y Bisexuales o Fundación Triángulo, ayudadas también del activismo existente en el seno de los sindicatos y partidos políticos de izquierda que garantizan que, a día de hoy, se siga avanzando en la profundización de derechos con leyes como la Ley Trans que, actualmente, se está tramitando, pero que –no nos engañemos–, sin un compromiso constante, pueden terminar siendo derechos reversibles, tal y como se encuentran hoy los cuestionados derechos de las mujeres en Estados Unidos.