Una vez más no puedo escribir otra cosa que no sean las tribulaciones de toda índole que afectan a Talavera cada vez que aquí se mueve un milímetro de lo que sea. Confieso que es algo que hace pensar en la creación de cierta paranoia. Inevitable. Lo último es la controversia surgida con Guadalupe, con los extremeños o con los responsables de la administración religiosa. Ahora quieren incorporar a Extremadura la diócesis de Guadalupe, actualmente en la de Toledo porque Guadalupe cuando se hizo el monasterio de aquel pueblo pertenecía a las Tierras de Talavera. Por si alguien no lo sabe resumo: el nuevo arzobispo de Toledo Francisco Cerro Chaves, ha manifestado su disposición para que dicha incorporación a Cáceres se produzca cuanto antes. Lo primero que tengo que hacer a quienes interese el asunto es recomendarles unas cuantas lecturas y les aseguro que en poco tiempo estarán al tanto de todo. En primer lugar el libro de Méndez «Los caminos de Guadalupe y su real monasterio», igualmente de Méndez el artículo que está escrito en su página «La mejor tierra de Castilla» etc. Luego está el estupendo trabajo aparecido el domingo en La Tribuna y del que es autora Carmen Jara ; cualquiera que lea lo que digo se hará una idea más que precisa del asunto. Carmen recuerda una frase que el profesor Jiménez de Gregorio repetía una y otra vez, la Geografía manda y la Historia obedece, no hay mejor ejemplo que el que nos trae hoy este embrollo. 
Seguramente las autonomías trajeron a España algunas cosas buenas, en todo caso no es este el lugar ni el tiempo de juzgarlo, pero lo que sí es verdad es que desde su implantación surgió una especie de chovinismo autonómico me atrevo a calificar de idiota o interesado que no ha hecho ningún bien. ¿Por qué no puede cambiar de diócesis Guadalupe, si es el deseo de algunos extremeños? Que cambie, pero desde mi posición de agnóstico militante, ese afán lo único que llevará es a oscurecer el origen de población y monasterio si alguien se interesa  por averiguarlo. Por otra parte es notable que el camino a Guadalupe que ha estado tanto y tanto tiempo semiolvidado, resulte ahora que se empieza a desempolvar, algo atractivo y que puede dar derecho además  a un par o tres cuadros del Greco y eso son palabras mayores. No importa, sea como sea está claro que cualquier cosa que aparece en el horizonte como beneficioso para Talavera enseguida se ve envuelto en algún follón que lo vuelve inviable. 
Nunca quise pensar que la «faenita» del señor De Burgos de no hacer capital a Talavera de su propia provincia fuera a tener efectos negativos, hoy visto lo visto empiezo a dudarlo.
En serio.