Ayer por la mañana escuchaba la radio mientras me duchaba y me cepillaba los dientes; los locutores hablaban de que Page había declarado no sé qué pamplinas, como siempre vamos, sobre las vacunas y esto y lo otro. Yo acabé de arreglarme y fui a desayunar, siempre con la radio puesta, y entonces bastantes minutos después en la emisora, sé cuál es pero no pienso decirlo, se dignaron dar la noticia de que se habían aprobado muchísimos hectómetros cúbicos para un nuevo trasvase. Quienes lean esta columna con asiduidad recordarán  que la semana pasada yo alababa mucho las columnas de Miguel Sánchez y Miguel Méndez por la cantidad de datos que aportaban en sus escritos; yo podría hacer lo mismo para escribir la cantidad,  cuanto agua nos levantan los del trasvase y demás, es fácil sólo tengo que buscar en Google y me aparecerá rápido, lo que pasa es que no me apetece debo estar atravesando uno de esos periodos indiferentes en los que todo me da igual, sobre todo desde esta mañana cuando he comprobado que tanto a Page como a los de la emisora un nuevo trasvase les daba igual, bueno de Page no digo gran cosa ya que las palabras del presidente estaban grabadas pero los del informativo, que relegaron el nuevo trasvase al cuarto o quinto lugar me merecen una consideración  profesional muy cercana a cero. O, tal vez, menos consideración. La verdad es que me pareció una vergüenza.
Lo que importa es que se nos llevan el Tajo y otra vez nadie en esta tierra de garbanzos dice nada, ni levantan un poco la voz ni ofrecen una mínima rebeldía desobediencia, nada de nada ni pío. Una vez más y no me importa repetirlo las veces que haga falta, ninguna reacción aquí y eso que también les conté que los mismos murcianos no creen en el trasvase y que si siguen fastidiando es por el poder del sindicato de regantes y porque en Murcia apuestan fuerte por la urbanización salvaje de su costa con sus campos de golf, sus resorts, su turismo atroz e incontrolado, su agricultura sin cálculos ni límites racionales y todo lo que saben de sobra.
Me imagino que en la comunidad que preside Emiliano Page debe haber alguien que le crea o quizá algún ser cándido y celestial con vocación de santo que trague con las cosas de don Emiliano yo no, yo desgraciada o afortunadamente estoy mucho más cerca de los infernales individuos que no creen nada de lo que dice, que le escucha como quien oye llover y que me cuento en ese grupo de subordinados -al fin tanto como si se quiere como si no- no deja de ser el legítimo presidente de Castilla La Mancha por mucho que también sea conocido como el monaguillo de Bono, el  aprendiz de Bono y también como el aliado de Tita, la alcaldesa de Talavera.
Lógico, los dos pertenecen al mismo partido digo yo.