Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


La Edad de Oro

25/05/2020

Cuando fuimos los mejores; Así comenzaba una canción de un grupo de los ochenta, que fue como un himno para tantos de la generación que vivimos de lleno esos tiempos, que hasta había un programa musical que se llamó ‘La Edad de Oro’. Cargado de nostalgia (mal sana) y su prima la melancolía (demasiada), que no deja quizá escribir con la objetividad clara que merece ello. Siempre lo que nos hace pasar de ‘nuestra’ normalidad a otra forma de vida y nos rompe lo establecido, como creencia de esa normalidad que se vive en ese momento, roto por las circunstancias que sean, teniendo el deber de componer otra existencia que inevitablemente es diferente. Todo el mundo nos rasgamos las vestiduras diciendo que hay que volver a la normalidad, cuando esto en efecto es relativo, es consecuencia de la idea de estar en un mundo que hemos creído (incrédulamente) que es muy cómodo para la mayoría. Pero ese paso a lo nuevo, a otra realidad, en verdad es ir a otra normalidad, y lo que ahora nos  pueda parecer incomodo, desagradable o inaceptable, realmente será la nueva normalidad, lo normal de la vida a seguir. Y cuando estemos inmersos ‘todos’ en ella, se dirá que lo normal es lo que ahora ‘rechazamos/criticamos’, cierto es que no va a ser igual, como lo fue antes del 25 de enero del 2020.
La edad de oro, no es sino un hecho que quizá al afectarle de una manera atractiva y afectuosa para una gran mayoría, no se quiere nadie alejar de ella y vivir digamos, toda su existencia en ese estado de ‘seudo-felicidad’, pero ciertamente no es felicidad, es una ilusión óptica de la verdadera y cruda realidad, porque lo que en apariencia al gran conjunto de la sociedad se le representa como una normalidad, cargada de no problemas y mucha felicidad, en verdad no es así, porque para que unos pocos y selectos sean felices, muchos más tienen que ser infelices. Por eso vivir en la realidad de la normalidad, que ‘egocéntricamente’ le conviene a muchos, incluso que se consideran buenas personas, solidarios o caritativos (los católicos) y ser ‘estos’ muy felices en la (su) normalidad, millones de personas no tienen una Edad de Oro, solo tienen una Edad de Azufre y Plomo fundido y líquido que les cae constantemente en sus cuerpos, por ello no hay que tener miedo a la nueva normalidad, y seguro no será esta Edad de Oro.