Victoria Lafora

Victoria Lafora


Ni tanto ni tan calvo

10/06/2021

A tres días de la nueva cita de Colón, parece que solo Ayuso, presidenta de Madrid y cuya ausencia sería clamorosa, acompañará a Casado en la protesta, pese a que a ella tampoco le disgusta sacarse unos selfies con los lideres de VOX. No en vano son sus socios en su nueva y flamante mayoría en la Asamblea de Vallecas.

Sin embargo, Casado, que rehuye la foto como alma que lleva el diablo, tiene que aprovechar los vientos a favor de las encuestas y sabe del malestar ciudadano por los indultos. Han sopesado que la irritación de la ciudadanía ha llegado a unos niveles qué incluso militantes socialistas de base podrían acompañarles en la cita. Solo la presencia De Santiago Abascal, sin el caballo pero marcando pectorales, hace temeraria la presunción.

Porque, detrás del rechazo a los indultos de Junqueras y compañía, no hay un sentimiento de agravio o de injusticia. Hay hartazgo y lo mismo cansan unos que otros buscando exclusivamente su rédito político.

Otra cosa es que los desvanecientes militantes de Ciudadanos no se sientan reconfortados por el acto de Colon. Ya se habían acostumbrado cuando vieron a su líder de entonces, Albert Rivera, codo con codo con la derecha extrema en el mismo escenario.

Pero con lo que no han contado los estrategas del PP es con la evidencia de que los votantes de centro izquierda abominan por igual de las escenas de "Juegos de Tronos" de Pablo Iglesias como las sobre actuaciones del ultra nacionalismo español. El domingo deberán tener especial cuidado en que no se les vaya de las manos y el rencor de Rosa Díaz (una de las convocantes) es un mal compañero de viaje.

Por su parte, Pedro Sánchez, Ábalos, y Adriana Lastra, deberían medir sus declaraciones grandilocuentes agitando el espantajo del fascismo como contraposición a su intento de pacificación, concordia y reconciliación con el pueblo de Cataluña. Han perdido toda la credibilidad.

Si el PSOE, o mejor dicho su líder absoluto, no necesitará a ERC para acabar la legislatura no habría indultos, ni mesa de diálogo ni apuesta por la paz y la concordia. No hay más que buscar en la hemeroteca declaraciones de Pedro Sánchez de no hace tantos años, para confirmarlo.

Al igual que solo hay que repasar entrevistas y proclamas no muy lejanas de Oriol Junqueras para comprobar que su giro de guion, que tanto celebran en Moncloa, sólo es el mismo propósito con otras fechas: el referéndum y la autodeterminación.

Ya se sabía que el dirigente de ERC busca su momento, poder dejar a Puigdemont cual fantasma sin poder en Waterloo, gobernar en solitario y, cuando tenga la mayoría popular suficiente, volver a declarar la independencia. Nunca lo ha ocultado.

Y, por si faltaba alguien, aparece Jordi Pujol, al borde la cárcel, apoyando la estrategia de Junqueras. Debe estar buscando también su indulto... Porque aquí, el que no corre, vuela.