Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Inmunidad o inmundicia

21/12/2019

Los últimos días han venido cargados de cargos contra lo peor de la especie humana. Prisión permanente revisable para ‘El Chicle’. La inmundicia más grande que ha podido tener la especie humana.
Probablemente el sistema tenga mucho de mejorable y poco personal, pero hay mucho y bueno, pensando en cómo conseguir seguridad jurídica para ciudadanía española.
Pero luego están nuestros primos los europeos del norte que nos toman por el pito del sereno. Esos belgas, grandes ejemplos de inmundicia moral y ética, han creado grandes guetos de inmigración, ejemplo de poca visión política, esos belgas que anduvieron dando alas a sus independentistas flamencos, a sus estereotipos de europeos descendientes de una alcurnia y abolengo que no les roza ni de lejos. Protestantes soberbios que tratan de imponer lo que ellos mismos no respetan.
Esos son los que nos quieren dar lecciones de judicatura, dándoles inmunidad a esos traidores que pusieron en un brete la estabilidad de nuestro país. Esos mismos que han tirado por el retrete la imagen cosmopolita de Barcelona y de toda Cataluña. Esos que prefieren hundir a las regiones vecinas mientras ellos sigan brindando con dinero ajeno.
Esa inmunidad buscando el perdón para un cobarde que ha sido acogido por una corte de subvencionistas que chupan de los lobbies europeos, ese ‘Puchi’ que sigue riéndose de nuestro sistema judicial y nuestra democracia. Ese que merece llevar grilletes hasta en los puentes de la boca.
Llegarán los días en que nos acordemos que alguien pidió poner pie en pared para frenar a los independentistas y no fue ni Sánchez, ni Rivera ni tampoco Abascal. Oiremos a Iglesias vanagloriarse de estar por encima de la ley, muy en clave chavista. Miren a Venezuela, a Ecuador, a Bolivia, a México, y luego reflexionen sobre qué quieren en su vida.
No por la falta de justicia, ni de democracia limpia, ni de libertad de prensa y de capitales. Reflexionen si quieren que, por una vana decisión, les den la inmunidad a los que saltaron la banca catalana del 3%. Veremos la intervención de los mercados, de nuestras propias libertades, el acabóse de nuestra sociedad viene la mano de la radicalidad. Que los smartphones y las redes no nos atontolinen, el pensamiento crítico ha de estar siempre del lado bueno.