Para mí, la frase que más reflejó el espíritu de la Transición la pronunció Adolfo Suarez en su primer discurso televisado el 9 de junio de 1976 «…elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal». Dicha frase encajaba perfectamente en la personalidad de Suarez, aunque el autor intelectual de la misma fue Fernando Ónega. Otras frases han pasado a la historia marcando el perfil del protagonista de aquellos primeros años de nuestra actual democracia. «Puedo prometer y prometo…» que repitió a lo largo de su discurso anunciando las elecciones de 1977. O frases premonitorias de lo que actualmente vivimos como, «Quienes alcanzan el poder con demagogia terminan haciéndole pagar al país un precio muy caro», o la pronunciada en su mensaje de Navidad de 1980 «Brindo por el pueblo español, esperando que tenga unos dirigentes mejores que los que actualmente posee».
De entonces acá muchas otras frases se han incorporado a las hemerotecas. Felipe González con su «blanco o negro, lo importante es que el gato cace ratones»; José María Aznar con su «hablo catalán en la intimidad»; José Luis Rodríguez Zapatero con su «¡No sabéis cómo se puede disfrutar de la democracia! En mi caso llegué a ser presidente del Gobierno»; Mariano Rajoy también las tuvo maravillosas, como la de: «Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde».
Pero ha sido con el actual Gobierno cuando hemos llegado a la excelencia, ya no es una frase suelta en un discurso o en una entrevista, con las que se podría hacer un tratado de antología del disparate. Este Gobierno es muy serio y sus frases merecen ocupar espacio en el propio BOE. El 18 de marzo se hacía pública una resolución del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (con este nombre no podía ser menos) para corregir un error de una Resolución del pasado mes de febrero indicando que «en los ‘Datos del adjudicatario’ en la columna ‘nombre’ donde dice ‘Digo’ debe decir ‘Diego’». Hemos cerrado el circulo y una frase que a nivel de calle es normal el BOE la ha elevado a la categoría política de normal.